Capítulo 26: Te ganó una mujer

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Capítulo 26: Te ganó una mujer.

“Benjicot me presume a sus tres herederos y yo no tengo nada”.

Alta mar:

Tyron Greyjoy se paró al lado de su padre, su herida ya no dolía y se podía mantener en pie, ambos miraron el océano tumultuoso ante ellos.

—¿Entonces te ganó una mujer? —preguntó el viejo con burla —. Tu pequeña aventura terminó, vuelve a Pyke, fallaste.

Las palabras de su padre son duras y crueles como su carácter, sin embargo siempre cargan consigo una preocupación oculta que Tyron Greyjoy conoce bien y respeta.

—Claro, padre —respondió.

El carácter del príncipe tampoco es pequeño, despidió a su padre quien se dirigía a atacar los extremos del norte aprovechando la confusión a raíz de la muerte de Cregan Stark. Tyron se mantuvo con su barco y su gente muy cerca del dominio a aguas dulces pero sin entrar en ellas, solo admirando buscando su oportunidad.

¿Volver al asentamiento en Pyke bajo el escrutinio de Whych y Botley? Ni pensarlo.

En el castillo Tully Avice tomó su espada y chocó en un encuentro amistoso con Eggil, este solo lanzaba la suya apenas se encontraban.

—¡Oh, vamos! —exclamó molesta —. Puedes hacer mucho más que eso.

Eggil sacudió esa cabeza roja con rizos para limpiar la tierra que tenía gracias a la caída, «como una zanahoria».

—Es que usted es muy buena luchando —respondió.

Avice sabía que esto era verdad y mentira al mismo tiempo, ¿es buena luchando?, sí. ¿El muy buena luchando? No, él es mejor.

Decidió dejarlo ahí y emprendió rumbo de regreso, él debe estar esperando desde hace un largo rato, sin darse cuenta el sol se ocultó.

Cuando regresó al salón donde Lord Tully ya estaba frente a la chimenea con sus manos sobre su regazo mientras la veía, Avice sintió el aire tenso otra vez.

—¿Estuviste de nuevo entrenando con ese muchacho? —la voz cargaba su pesadez.

«¿Siempre serás así?».

—¡Y nada más! —Se apresuró a levantar las manos indefensa, ya entendió un poco la locura que carga este Lord, es un hombre en extremo celoso.

—Sé que nada más —le respondió —. Mi primo segundo no es un insensato.

Efectivamente no lo era, Eggil es un jovencito correcto hasta la médula, Avice pudo ver la inquietud del joven despejarse y sonrió para sus adentros, al menos ya sabe como calmar los celos locos de Oscar.

Luego del suceso de la tina se volvió más intenso en sus atenciones, ella no puede respirar sin tenerlo cerca, cada vez que gira la cabeza él está ahí.

«Aterrador», y gracioso pues no puede salir del castillo, ¿su mente quedó tan dañada que cree que lo engañara con cualquiera que se cruce en su camino? El pobre Eggil fue aceptado de alguna manera y no lo volvió a molestar, cosa distinta con todos los otros hombres.

«Lo admito, me he vuelto su amante», a quien le guarda un cariño especial. No es ingenua, sabe que esto tiene fin, aún así lo disfrutará mientras pueda.

Mientras lo veía cortar con fluidez sus comida en su plato no podía evitar sentirse emocionada: «Es tan atractivo», y puede pasar sus noches en su abrazo, aunque al terminar se ponga un poco extraño con las cosas que dice llegando hasta asustarla.

La Mujer con Armadura Sedujo al Lord (Oscar Tully)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora