En Mystic Falls, Sophie Forbes era conocida por su cabello rojo como el fuego, un legado familiar cargado de misterio y poder. Con la llegada de unos misteriosos hermanos, descubre que su cabello es más que una herencia: es un indicio de un poder la...
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Capítulo diecisiete.
Estaciono mi auto en frente de la pensión de los Salvatore. Había olvidado mi mochila. Entro y camino hacia las escaleras, pero creí ver a Damon de pie sin hacer nada. Qué extraño. Camino hacia el para ver qué ocurre y lo veo con las persianas abiertas y quitándose el anillo. Con mi mente cierro de inmediato las persianas.
–¿Qué estás haciendo Damon? –Camino lentamente hacia el. En eso llega Stefan y se tira encima de él, sacándolo de la ventana. Se adentran hacia los pasillos de la casa. Camino hacia donde están. Stefan tenía acorralado a Damon contra la pared. Stefan lleva a Damon hacia el sótano encerrándolo.
–¿Qué haces? –Le pregunto al menor de los Salvatore.
–Se quedará aquí para evitar que se suicide. –Asiento con la cabeza y miró a Damon por la abertura de la puerta.
–Rojita, sácame de aquí. –Me grita.
–Lo siento Damon, pero Stefan tiene razón. –Me alejo de la puerta para mirar a Stefan.
–Ven, buscaremos una cura. –Y lo sigo. –Llamaré a Alaric, él nos podrá ayudar.
–Déjalo estar de luto Stefan. –Le digo con cuidado. Se detiene a mirarme.
–Si fuera Caroline estarías igual que yo. –Se da media vuelta buscando el contacto de Rick en su teléfono. Y lo sigo pacientemente. Pero tiene razón, si fuera mi hermana también estaria frenética al igual que él.
Estábamos con Bonnie en la mansión abandonada. Stefan le estaba pidiendo a mi amiga que se contactara con las brujas para poder obtener una cura.
–Tal vez una bruja sepa cómo ayudar a Damon. –Le explica Stefan a Bonnie.
–Espero que quieran. –Le responde Bonnie. Nos ponemos de pie y Bonnie cierra los ojos recitando unas palabras que no pude comprender. Las velas empiezan a prenderse y apagarse, hasta que se mantienen encendidas.
–¿Bonnie? –Preguntamos al unísono. La chica abre los ojos y toma una postura totalmente distinta.
–¿Por qué vienes aquí, Stefan? –Emily.
–Necesito ayuda. –Le responde el rubio. –Necesito curar una mordida de licántropo. –Miró a Emily que estaba en el cuerpo de mi amiga atentamente.
–No. –Responde bruscamente. –La naturaleza logra un balance en todo. –Responde.
–¿Es cierto? –Comienza Stefan. – ¿O, solo dices no porque es Damon? –Stefan me hace una seña con los dedos. Quiere que le lea la mente a Emily. Retrocedo un poco y cierro los ojos para poder introducirme en su mente. Busco entre sus recuerdos, pero solo veo los de Bonnie, que astuta, mezcló los suyos con los de mi amiga. Siento como Emily trata de sacarme de su mente.
