Capítulo Dieciocho.
Seguíamos en el bar, Stefan todavía no llegaba y Klaus seguía torturando a Ray. Lo tenía atado a la mesa de billar. El pobre estaba muy mal.
–Escucha, es un proceso de tres pasos, ¿Si? –Le explica Klaus al Licántropo. –Este es el primer paso, quiero que bebas un poco de mi sangre.
–Ya te dije donde esta la manada, ¿Qué más quieres de mi? –Pregunta el chico todo adolorido.
–¿No has oído nada de lo que te he dicho, Ray? –Klaus le apunta con un cuchillo a la cara. –Tengo grandes planes para ti. –Klaus se corta la muñeca con el cuchillo y le da de beber al chico. –Me lo agradeces otro día –Por detrás de él aparece Stefan. Que venía con una cara de pocos amigos. Miró a Stefan y busco entre sus recuerdos qué fue lo que pasó, y lo encuentro: Mató a Andie, para darle un mensaje a Damon.
–¿Y ahora qué harás? –Pregunta Ray como puede. Estaba muy adolorido, le costaba hablar.
–Cumplir el paso dos. –Dicho esto le rompe el cuello al licántropo. Me doy la vuelta para no ver el cuerpo de Ray.
–Volviste. –Mira a Stefan.
–¿Lo dudabas? –Le pregunta Stefan.
–Ni por un segundo. –Responde Klaus. –Sabía que pasarías la prueba. Te interesa tu hermano. –Klaus mira atentamente sus expresiones.
–No, no me interesa nada la verdad. –Responde Stefan con simpleza.
–Eres un gran actor, Stefan. –Klaus corre a velocidad vampírica y me estampa contra la pared ahorcándome contra esta. Miró a Stefan, el cual suelta un suspiro y da un mini paso hacia adelante. –Si, es lo que pensé. Casi te creo. –Klaus me suelta y doy una bocanada de aire. –Espero por el bien de tu hermano que te crea, y el de Sofi, por supuesto. – Klaus camina hacia Stefan –Jamás deja de importarte la familia, ¿No es así? – Mientras Klaus habla con Stefan, o básicamente lo trata de intimidar y hacer que se sienta mal consigo mismo.
Me alejo un poco de ellos, ya que no quiero seguir oyendo las cosas feas que le dice a Stefan, pero me siento sofocada, así que salgo del bar tomando aire. Las lágrimas caen por mi rostro al recordar a mi madre y a Caroline. Las extraño mucho, y no he sabido de nada de ellas y ellas nada de mi. Pero estoy segura de que están bien.
–Siento mucho haberte golpeado allá adentro. –Me doy media vuelta observando a Klaus. –Es solo que no me gusta que me mientan. –Me da una sonrisa cínica.
–No te preocupes, diste a conocer bien tu punto de vista. –Le digo molesta, con un toque sarcástico.
–De verdad lo siento, Sofia. –Camina hacia mí y me mira el cuello. –No quedaron marcas, eso bueno. –Suspiro cansada y sigo mi camino para entrar al bar, ya que hace frío.
–Espera. –Me llama Klaus. Y me doy media vuelta para mirarlo. Se veía preocupado y ...¿Triste? No, solo no sé interpretar bien sus gestos.
–Te perdono, Klaus. –Le doy una sonrisa ladina. –Pero si lo vuelves a hacer te juro que no te dirigiré la palabra nunca más. –Giro sobre mis talones hacia el bar.
–En algún momento volveré a hacerlo, y esta vez lo haré de una manera que te hará desear más. –Trago en seco al escucharlo, pero lo ignoro y sigo mi camino hacia el bar.
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Íbamos caminando por unas montañas, ya que aquí se encontraba la manda de Ray. Stefan llevaba al chico por los hombros. A pesar de las circunstancias el lugar era bonito, los árboles eran preciosos, era todo tan verde. Se sentía el aire puro.
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Dark Phoenix. The Vampire Diaries.
أدب الهواةEn Mystic Falls, Sophie Forbes era conocida por su cabello rojo como el fuego, un legado familiar cargado de misterio y poder. Con la llegada de unos misteriosos hermanos, descubre que su cabello es más que una herencia: es un indicio de un poder la...