28: ¿Ruptura?

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Las clases habían terminado y, como de costumbre, Tetcho acompañaba a Jouno a su casa

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Las clases habían terminado y, como de costumbre, Tetcho acompañaba a Jouno a su casa. A comparación de otras veces, en esa ocasión estaban callados, algo que era normal en los dos, pero siempre terminaban hablando de algo, pero esa vez fué diferente.

Se sentía una especie de tensión entre los dos. Habían perdido un poco de comunicación, al igual que tenían pequeñas peleas que se terminaban solucionando.

Pasaron cerca de un parque, donde decidieron pasear un poco, pues el albino no tenía ganas de regresar tan pronto a su casa, no sabiendo que su padre se encontraba en ésta.

Caminaron un poco hasta que el castaño detuvo su caminata, llamando la atención del albino, quien se preocupó al notar el cambio de latidos de su novio.

—¿Pasa algo? —preguntó el de mechas rojas.

—Sólo... Quiero hablar contigo sobre algo —agachó su cabeza.

—¿Qué pasa? —se acercó a él.

—Es sobre lo nuestro.

Esas simples palabras hicieron que las preguntas en la cabeza de Jouno se hicieran presentes. ¿Qué tenía lo suyo? ¿Tenía alguna queja de comportamiento de Jouno? ¿O quería hablar sobre otro paso en la relación.

—Dime —su voz tembló un poco —. ¿Hay algo malo en lo nuestro?

—No. Para nada —respondió en automático —. Sólo que... No quiero herirte, Jouno, pero tampoco quiero que estés conmigo si eso hace que sufras...

—¿De que hablas? —tomó el rostro de su novio entre sus manos —. Tetcho...

El contrario tomó igualmente el rostro del albino y lo besó. Fué un beso lento, dulce y tierno. Se separaron y el de ojos ámbar habló:

—He pensado en nuestra relación... Y creo que tal vez no sea el momento para seguir con ella... —su voz sonaba apagada y sin fuerzas, como si también le costaba decirlo.

—¿Qué? No, Tetcho. No me digas que estás queriendo decir lo que estoy pensando... —volvió a tomar el rostro del chico. Al no recibir respuesta, se guió por los latidos del más alto —. ¿Tetcho...? —sus ojos empezaron a llenarse de lágrimas.

—Lo siento... Lo siento tanto, pero... —tapó su rostro con sus manos, ocultando sus lágrimas —. En verdad lo lamento, pero...

—¡Ni pienses decir lo que creo! —se alejó del castaño —. ¡Tú me prometiste que de tu boca no saldría un «terminamos»! —puso un dedo en el pecho de Tetcho.

—Lo sé... Lo siento. Lo siento demasiado... No quiero hacerte daño —colocó sus manos en los hombros de Jouno —. Perdón... No puedo decirte el porqué estoy haciendo esto, pero...

—Tetcho, dime que esto es una broma... —las lágrimas se hacían presentes en su rostro —. Dime que no es verdad... —se aferró a la ropa del chico.

¿Me seguirías amando si...? [Suegiku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora