29: Trabajo en equipo.

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Una vez más en la escuela y la tensión entre el albino y el castaño seguía

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Una vez más en la escuela y la tensión entre el albino y el castaño seguía. Ambos sabían que debían hablar sobre la ruptura, pero tampoco cooperaban ellos mismos. Por ejemplo, Jouno no le quería hablar, quería ignorarlo un buen rato, al menos hasta que se le ocurra hablarle bien. Y por el lado de Tetcho, no quería obligar al de mechas rojas a hablar si no quería, pues había intentado entablar una conversación pero el contrario terminaba ignorándolo.

Conocía a Jouno, sabían que era lo que él quería: que Tetcho se demostrara desesperado por hablar del tema y termine casi rogándole para que le haga caso. Aunque sabía todo eso, algo dentro de él le decía que el albino también estaba luchando consigo mismo para no hablarle al castaño. Creía que el más bajo también quería asegurarse de que Tetcho en serio quisiera arreglar las cosas, básicamente, quería asegurarse de que el castaño aún lo quería.

Sabía lo inseguro que era su ex-novio, sabía que iba a tener que estar seguro de que cierta persona aún mostraba aprecio, pues quería asegurarse de que lo que su subconsciente le hacía creer era todo una mentira.

Tenía que hablar con él, eso lo sabía perfectamente bien, pero también necesitaba estar a solas con el albino, quien en ese entonces no se despegaba de su mejor amiga.

—Atención, jóvenes —la voz del maestro hiso que saliera de sus pensamientos —. Van a tener que hacer un proyecto en parejas, el tema es libre.

Apenas el maestro pronunció que iba a ser en parejas, la mayoría del salón ya estaba ideando con quien trabajaría hasta que el profesor volvió a hablar:

—Pero tendrán que trabajar con su compañero de asiento.

Algunos quejidos se hicieron presentes mientras que otros estaban contentos por llevarse bien con sus compañeros de asiento.

Ahí el castaño se dió cuenta de una cosa: su pareja tendría que ser Jouno. Volteó a verlo y notó la mandíbula tensa del albino, al igual que su pierna inquieta debajo de la mesa. Quería colocar una mano en la pierna del chico para que se tranquilizara, pero tenía que contenerse o sino...

Ignoró eso y apoyó su mano encima de la pierna del de mechas rojas, causándole un sobresalto. El corazón de Jouno se aceleró con el toque, su respiración se volvió entrecortada y sus nervios se hicieron presentes.

—¿Tú casa o la mía? —preguntó el de ojos ámbar.

El albino volteó a verlo, tratando de ocultar sus nervios.

—L-la mía —un sonrojo apareció en su rostro al sentir que el contrario apretaba su pierna —. N-no hagas eso, idiota —apartó la mano del castaño.

—Perdón, pero no puedo evitar hacerlo cuando eres demasiado lindo... —acarició su mejilla.

El rostro del albino se tiñó de rojo. El toque del castaño lo había puesto nervioso, y bastante, su único impulso fué agarrar una libreta y golpearlo en la cabeza con fuerza.

¿Me seguirías amando si...? [Suegiku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora