19: El amigo de Ren.

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Ambos chicos seguían ahí, debajo de aquel cerezo donde confesaron sus sentimientos

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Ambos chicos seguían ahí, debajo de aquel cerezo donde confesaron sus sentimientos. Era un poco tarde, pero ninguno de ellos quería que ese momento acabara, era un momento tierno y cálido.

Desgraciadamente, ambos sabían que debería terminar en algún momento, y sucedió cuando Jouno recibió una notificación que resultó ser un mensaje de su madre.

—¿Qué pasa? —preguntó Tetcho al notar que su ahora novio cambió su expresión al recibir el mensaje.

—Nada... Sólo que mi mamá me pidió que no fuera a mi casa aún, pues mi papá llegó borracho, otra vez —soltó un suspiro —. Me tengo que ir —informó, levantándose del piso.

—¿Qué? Pero te dijo que no vayas.

—Pero no quiero que algo le pase. Nunca se sabe lo que mi padre es capaz de hacer... —agachó la cabeza, desanimado.

—Lo sé... —se levantó para colocar sus manos en los hombros del albino —. Aún así, no dejaré que vayas solo.

—¿Me vas a acompañar?

—Sí. Así comprobaré que nada te pase —acarició su mejilla.

—De acuerdo. Pero no actúes tan cercano, no pienso decirle aún a mis padres sobre... esto.

—Tranquilo, lo entiendo.

✶◇✮◇✶

Llegaron a la casa, después de algunos minutos. Desde afuera se escuchaban algunos gritos y golpes que hacían referencia a una pelea. Al escuchar todo eso, Jouno intentó salir corriendo para comprobar que su madre estuviera bien, pero fue detenido por Tetcho.

—Espera —lo detuvo mientras lo escondía detrás de un arbusto.

Antes de que pudiera quejarse, el albino escuchó el ruido de la puerta siendo abierta, al igual que algunos pasos alejarse. Reconoció quien era esa persona por sus pasos, era su padre.

—Es raro que se haya ido así como así... —mencionó el de mechas rojas —. Tenemos que entrar.

Caminó hacia la casa mientras su novio lo seguía. Entraron y se encontraron con Ren en el sofá, llorando y con alguien más a su lado.

—¡Mamá! ¿Qué pasó? —preguntó Jouno, quien había ido corriendo hacia su madre para abrazarla.

—Ya sabes... Tu padre cuando está borracho dice mil cosas... Por suerte, Tadashi pasaba por aquí.

—¿Tadashi?

—Soy yo.

Ahí fue cuando los dos notaron la presencia del hombre al lado de la mayor. Era rubio castaño claro, además de tener ojos color miel. Su piel era algo pálida, y su cabello estaba revuelto y con un fleco en su frente. Se podría decir que era un poco más alto que Tetcho.

¿Me seguirías amando si...? [Suegiku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora