33: Nuevo comienzo.

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Jouno se encontraba abrazado a Tetcho mientras lloraba, odiaba todo lo que había pasado, pero odiaba más verse tan vulnerable frente al castaño

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Jouno se encontraba abrazado a Tetcho mientras lloraba, odiaba todo lo que había pasado, pero odiaba más verse tan vulnerable frente al castaño.

—F-fue horrible... —se aferró a la camisa del más alto —. ¿Por qué siempre me tiene que pasar algo? —preguntó entre sollozos —. Te volví a fallar...

—No. Claro que no —tomó el rostro del albino entre sus manos —. No me fallaste, Jouno. Nunca me has fallado —secó las lágrimas del chico con sus pulgares —. Tú no sabías que esto iba a pasar, no debes sentir que me fallaste cuando tú no tenías la menor idea de que esto pasaría.

—Pero pude haberlo detenido... Debí de haberlo detenido...

—No tenías el control de la situación —dejó un beso en su frente —, pudiste haber hecho algún intento, pero no es tu culpa el no haber podido liberarte —lo volvió a abrazar —. Nada de esto es tu culpa, Jou.

—Claro que lo es... Yo...

—¿Ya está llorando? Que débil.

Otra voz se hizo presente en el cuarto, el albino se sobresaltó al reconocer al dueño de la voz. Su padre, quien había entrado a la habitación, se encontraba observando a la pareja.

—No lo llame así —Tetcho abrazó más fuerte a Jouno, intentando mantenerlo seguro.

—¿Por qué no? Es demasiado débil para llorar por algo así —se acercó un poco.

—¿Usted cómo estaría si lo hubieran intentado violar? —interrogó, tratando de esconder la ira que sentía —. ¿No le afectaría? ¿No lloraría por eso? Intente ponerse en los zapatos de su hijo antes de criticarlo.

El hombre se quedó callado unos momentos, después, soltó una risa sin gracia que hizo enojar más a Tetcho. ¿En serio no se iba a tomar en serio el estado de su hijo? Eso no sería ser un buen padre, aunque nunca lo había sido.

—Si esperas a que me sienta arrepentido por todo, lo lamento, pero no es así —se acercó un poco más —. Él nunca fué de ayuda, pero me sirve para ganar dinero... Mis amigos pagan bien por hacerle lo que les apetezca... Aunque obviamente no pueden hacer mucho si él está consciente.

Eso hizo que la paciencia del castaño se acabara. No podía creer que ese hombre no se mostrara arrepentido por todo lo que le hizo pasar a Jouno. También odiaba ver que parecía gustarle la idea de utilizar a su hijo para ganar dinero de una forma indecente, ¿cómo se le ocurría cobrar por dejar que señores mayores tocaran a su hijo?

—¡Si no se arrepiente, entonces usted es alguien demasiado indecente! ¡¿Cómo se le ocurre usar así a su propio hijo?! —se levantó del suelo y caminó hacia el hombre, intentando atacarlo pero fue detenido.

—¡Controlate, Tetcho! —Jouno se colocó enfrente del castaño —. No hagas nada... Por favor.

—Jou, deja de protegerlo, él te hizo demasiado daño —tomó al albino por los hombros.

¿Me seguirías amando si...? [Suegiku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora