25: La pareja del salón.

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Tetcho acariciaba delicadamente la cabeza de Jouno, quien se había quedado dormido después de llorar por varios minutos

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Tetcho acariciaba delicadamente la cabeza de Jouno, quien se había quedado dormido después de llorar por varios minutos. Cuando el castaño notó que se había dormido, lo cargó directo a su habitación para acostarlo. Se veía tranquilo y cansado, parecía que el albino no había estado durmiendo bien en los últimos días.

El de ojos ámbar daba un recorrido por la habitación con su mirada, casi nunca había estado en el cuarto del albino, así que quería ver todo lo que había. Tenía una ventana, la misma por la que Jouno se escapó a su primera cita con el azabache. Una estantería con varios libros estaba en una esquina del cuarto, al lado, había un pequeño escritorio en el que Tetcho suponía que era el lugar de estudio del chico.

Las paredes seguían siendo de color blanco con rojo y dorado, algo que deseaba que nunca cambiara, pues sentía que el cuarto era hermoso con esos colores.

Su vista se detuvo en la mesa de noche al lado de la cama de Jouno. En ella, había un pequeño dibujo enmarcado, pudo reconocerlo de inmediato, era el mismo dibujo que el de mechas rojas había hecho en preescolar, sólo que, esta vez, estaba pegado con cinta, como si hubiera sido roto en miles pedazos.

Tomo el cuadro y lo inspeccionó detenidamente. Efectivamente, estaba pegado con cinta, eran varias partes, más de diez, podría decir. No entendió cómo fué posible que terminara roto el dibujo, pues recordaba que el albino estaba feliz cuando lo hizo, por lo que él no lo pudo haber destrozado...

—¿Qué le pasó al pobre dibujo...? —se preguntó a sí mismo, aún analizando el recuadro.

—No creo que te interese.

Se sobresaltó al oír la voz de su novio detrás de él, se había despertado y no se había dado cuenta. Dejó el recuadro y se giró hacia el chico.

—Perdón si te desperté —volvió a acariciar su cabeza.

—No te preocupes —se sentó en la cama —. Mi papá lo rompió —respondió a la anterior pregunta del castaño. Al notar que el castaño no entendió de que hablaba, agregó: —. El dibujo, él lo rompió.

—¿Y por qué? Si está bien lindo.

—Dijo que no tenía tiempo para ver tonterías como esa... Después, lo rompió, primero sólo en dos, pero terminó destrozándolo —se abrazó a sí mismo —. Aún recuerdo el sonido de cuando rompía el papel...

Tetcho lo atrajo hacia él, abrazándolo y permitiendo que se acurrucara en su pecho.

—Es un idiota.

—Pero dijo la verdad... Mi dibujo es horrible, ¿no? Como no puedo verlo me mienten diciendo que está lindo, pero yo sé que no es así...

—No es horrible, es lindo. No pudiste hacer mucho por tu condición, pero es hermoso.

—Lo dices porque eres mi novio —agachó la cabeza.

—Claro que no. Yo digo la verdad, Jou.

—¿Entonces por qué no le gustó a él...?

¿Me seguirías amando si...? [Suegiku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora