11: El examen.

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—Bueno, chicos, les voy a entregar sus exámenes

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—Bueno, chicos, les voy a entregar sus exámenes.

Todo el salón guardó silencio al escuchar al maestro. Hace unos días, habían tenido un examen muy importante, por lo que había mucho nerviosismo por la calificación.

El maestro empezó a llamar a los chicos mientras les entregaba su examen. Habían algunos 5, 6 y muy pocos 7.

Fue hasta que sólo quedaba un examen, el cual el maestro había guardado para hacerle una mención.

—Y el último examen es de... —agarró el examen —. Jouno Saigiku.

Todo el salón volteó hacia el nombrado.

—¿Eh? —preguntó, confuso, el albino.

—Felicidades. Fué el único 10 de la clase —le entregó su examen.

—¿En serio? —tomó dicho examen y comprobó que, efectivamente, era un diez.

—¡Felicidades! Yo apenas saqué un seis —habló Teruko.

—Muchas felicidades.

—Gracias, chicos.

Tetcho se había quedado boquiabierto mientras miraba al albino. El castaño parecía estar en una especie de shock, y no dejaba de mirar al chico.

Jouno notó su mirada, lo cual lo puso un poco nervioso.

—¿Tetcho...? ¿Por qué siento que me estás mirando? —no recibió respuesta —. ¿Tetcho? —lo sacudió.

—¿Qué? Ah, este... Felicidades.

—¿Estás bien?

—Sí. Sólo que me sorprendí por tu nota —respondió.

—Bueno...

El de mechas rojas se quedó callado al escuchar los susurros que se estaban haciendo presentes en el salón.

«De seguro compró el examen»

«Sólo sacó 10 por su condición»

«Estoy segura de que su madre se acostó con el maestro para que le pusieran 10»

Esa fue la gota que derramó el vaso. Podían meterse con él, pero con su madre no. Ella era intocable.

—¡Vuelves a decir algo así de mi madre y te las verás conmigo! —golpeó el escritorio de su pupitre y se levantó, bruscamente, de su asiento.

—¿Voy a ver qué, ciego? —preguntó, burlona, la chica.

Jouno caminó hacia la chica, pero fue detenido por Tetcho.

—Calmate —le dijo.

—¿Qué pasa, Jouno? ¿Acaso tu noviecito te tiene que estar protegiendo siempre?

—Serás hija de pu-

—¡Ya deja de molestarlo! —le gritó Teruko.

—¿O qué? —preguntó, esta vez, un chico que era amigo de la chica.

—O les voy a meter tremendo golpe a los dos —trató de acercarse a ellos, pero Tachihara no se lo permitió.

—Al parecer, ninguno de ustedes tiene el valor para defenderse. Siempre son sus chicos altos quienes tienen que controlarlos, bestias.

—¡¿A quién llamas bestia, idiota?! —la chica intentó safarse del agarre, pero fué imposible.

—A tí y al horrible monstruo que tienes de amigo —los apuntó a ambos, el chico.

—¡A Jouno no le digas monstruo!

Ahora fué Tetcho quien se colocó enfrente del chico, quien era más bajo que el castaño, así que pensó que podía "intimidarlo" un poco.

—¿Y cómo quieres que le diga? —intervino la chica —. Tampoco es un angel caído del cielo, eh. Es horrible y rabioso, parece un perro con rabia.

—Le vuelves a decir así... —se acercó a la chica y la tomó del brazo, con un poco de fuerza —. Él no es nada de eso. Para mí, sí es un angel caído del cielo.

Esas últimas palabras causaron un gran sonrojo en el rostro del albino. ¿Acaso le había dicho angel? Él no era eso, de eso estaba seguro.

—No digas idioteces, Tetcho —le reclamó Jouno.

—No las digo —se volteó hacia la chica —. Vuelves a decir algo así de Jouno y te las verás conmigo.

Fueron interrumpidos por el sonido del timbre anunciando el recreo. El de ojos ámbar soltó a la chica y se dirigió con sus amigos. Mientras tanto, el maestro no había notado que sus alumnos casi se agarraban a golpes enfrente de él.

◇✦♡「 𝙲𝙾𝙽𝚃𝙸𝙽𝚄𝙰𝚁𝙰́ 」♡✦◇

Lo sé, un capítulo un poco corto, pero es lo que hay. Bueno, espero y les haya gustado.

Siguiente capítulo: 7 de agosto.

¿Me seguirías amando si...? [Suegiku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora