12: Bullying.

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La escuela secundaria se caracteriza por muchas cosas, entre esas se encuentra el típico acoso que reciben los estudiantes: el bullying

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La escuela secundaria se caracteriza por muchas cosas, entre esas se encuentra el típico acoso que reciben los estudiantes: el bullying. Mayormente, a manos de sus mismos compañeros.

Lamentablemente, ese era el caso de Jouno Saigiku. Para su mala suerte, ninguno de sus amigos había asistido ese día a clases, lo que lo dejaba solo e indefenso ante sus compañeros.

Era la hora de descanso, Jouno se encontraba sentado en una de las mesas de la cafetería, comiendo. Tomó una mesa alejada de los demás, pensó que sería mejor tener a todos a la distancia para poder sobrevivir a ese día.

Desgraciadamente, a los pocos minutos, escuchó a unas personas acercándose a la mesa. Ahí estaban otra vez, los típicos bullies del salón. Yuan y Shirase.

—¿Cómo estás, querido Jouno? —Yuan tomó asiento en la mesa —. Veo que estás solo, así que pensé que necesitabas algo de compañía. ¿Verdad, Shirase?

—Sí.

—Pues no necesito su compañia. Estoy bien solo.

—¿Seguro? —soltó una risa —. Yo creo todo lo contrario.

—Estoy seguro, Yuan —respondió, ya harto de la situación.

—¿Sabes algo? —ahora fué Shirase quien habló —. Creo que deberías dejar de comer, estás un poco... gordito, ¿no crees?

Esas palabras fueron como un balde de agua fría. Ya había escuchado ese tipo de comentarios antes, pero, como venían de su padre, no les tomaba importancia.

Aunque en ese momento pareció ya tomárselo más en serio.

—¿De qué hablas? —el tono de voz de Jouno cambió a uno un poco más inseguro.

Ese cambio de voz les dió a entender a los dos chicos que iban por el camino correcto para molestar al albino. Ambos intercambiaron miradas para que después Yuan hablara:

—Se me olvidaba que eras ciego. Pues... Digamos que estás un poco subido de peso, cosa que, desgraciadamente, no puedes ver.

—Eso es imposible —negó el albino —. Yo casi ni como ni nada.

—Eso no garantiza que subas de peso —intervino Shirase.

—Bueno, te dejamos solo —la chica se levantó del asiento —. Nos vemos, gordo —dijo para después tirarle comida en la cara y retirarse junto con el chico.

Después de que ambos chicos se fueran, el albino limpió su rostro para después bajar sus manos a su estómago. Quería comprobar que mentían acerca de su peso, pero, por alguna razón, ya no sentía su cintura delgada ni mucho menos sentía un buen cuerpo.

Simplemente, ya no sentía al chico que siempre creyó que tenía un buen físico.

Empezó a escuchar susurros en la cafetería, no se puso a comprobar que decían, pero su mente se llenó de pensamientos. ¿Se estarán burlando de él? ¿Estarán pensando que es gordo? ¿Será que lo andaban criticando? Esas preguntas y más se hacían presentes en su cabeza. No tenía pruebas para pensar que podían estar hablando de él, pero lo sentía así.

¿Me seguirías amando si...? [Suegiku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora