34: Fuera bullies.

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—¿Cómo que

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—¿Cómo que...? ¿Ustedes? ¿Saliendo? —Jouno tartamudeaba por la impresión —. Yo... No sé qué decir... —rascó su cuello, nervioso.

—No es importante decir nada, cariño —le dijo su madre —. Entiendo si no lo aceptas, teniendo en cuenta todo lo que pasó...

—Sí lo acepto —intervino —. Tadashi ha sido mejor figura paterna que papá, y eso que casi no hemos hablado.

Los mayores soltaron un suspiro, aliviados de que el albino entendiera y que aceptara su relación.

—Me alegro de que lo aceptes —habló el rubio-castaño —. Te prometo que seré el mejor padrastro que puedes tener.

—Eso no es necesario, pero gracias por querer ser uno bueno.

Dieron la conversación por terminada y continuaron arreglando el equipaje de la mayor para poder irse a descansar después de un día con varias emociones acumuladas.

✶◇✮◇✶

—¿En serio están saliendo?

Jouno y Tetcho se encontraban recorriendo la escuela, buscaban a sus otros dos amigos, quienes habían ido a dar vueltas por los pasillos y no habían regresado.

—Sí, idiota, eso es lo que te acabo de decir —balanceó un poco su mano entrelazada con la del castaño —. ¿Dónde se habrán metido esos dos?

—No tengo ni la menor idea —siguió el balanceo que el albino había comenzado —. ¿Ya dije que te amo?

El rostro del de mechas rojas ardió al escuchar las palabras de su novio, nunca pensaba acostumbrarse a que lo llamara así.

—Siempre lo dices —agachó su cabeza para ocultar su sonrojo —. Yo también te amo.

El más alto le dió un pequeño beso en la frente y siguieron en busca de Teruko y Tachihara.

En eso, escucharon unas pisadas rápidas acercándose a ellos, cuando identificaron quiénes eran se dieron cuenta de que sus dos amigos habían estado corriendo de algo o de alguien.

—¡Corran antes de que nos atrapen! —Teruko tomó a Jouno del brazo y se lo llevó para seguir corriendo —. ¡Apurense!

Tachihara repitió la acción de la chica, con la única diferencia de que tomó el brazo de Tetcho, quien no estaba entendiendo nada.

—¡¿Qué se supone que hicieron para estar corriendo?! —el albino se quejaba con la más baja sobre la situación —. En primer lugar, ¡¿Tetcho y yo qué tenemos que ver con esto?!

—¡Después te digo!

Siguieron corriendo hasta llegar al patio de la escuela, dejando atrás a quiénes sean que perseguían al otro par. Los cuatro estaban jadeando, intentando recuperar su respiración.

¿Me seguirías amando si...? [Suegiku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora