27: El accidente.

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La clase de Matemáticas se tornaba cada vez más aburrida hasta el punto de que varios alumnos se hayan terminado durmiendo sin que el profesor se diese cuenta

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La clase de Matemáticas se tornaba cada vez más aburrida hasta el punto de que varios alumnos se hayan terminado durmiendo sin que el profesor se diese cuenta. Entre esos chicos, estaba Tetcho, quien peleaba con él mismo para no caer rendido ante el cansancio.

Los ojos del castaño empezaban a cerrarse mientras aún distinguía la voz del maestro de fondo. Tenía su cabeza apoyada en su mano, eso era lo único que lo mantenía despierto ya que no podía recostarse en su pupitre. Además, tampoco quería quedarse dormido delante del profesor, tenía la mala suerte de estar en uno de los asientos de enfrente.

Intentó mantenerse concentrado en otra cosa que no tuviera que ser las explicaciones del maestro, iba a caer rendido del aburrimiento si seguía escuchando a ese señor. Desvío su vista hacia su compañero de banco. Jouno. El albino tomaba los apuntes de la clase con un semblante concentrado, para Tetcho, Jouno siempre se veía lindo prestando atención en clases.

Aunque contemplar a su novio pareció despertarlo más, no duró mucho para que volviera a querer cerrar sus ojos y dormirse. Pudo observar a su amiga Teruko completamente dormida mientras que Tachihara parecía querer cubrirla para que no lo notaran. Quería ser la chica en ese momento. Quería que la clase acabara para que el profesor terminara saliendo del salón y poner fin a su aburrimiento.

—... Así que... Tetcho. ¿Podría decir la respuesta del ejercicio tres?

El de ojos ámbar se sobresaltó al escuchar la voz del maestro llamándolo. ¿Qué le había pedido? Se le olvidó al instante, por lo que tuvo que preguntar.

—¿Disculpe?

—La respuesta del ejercicio tres —repitió el profesor Kunikida —. ¿Está prestando atención a la clase, verdad?

—Este... Sí. Claro que sí —se acomodó en su lugar.

—Entonces diga la respuesta.

—Sí... —tomó su libreta entre sus manos y buscó el ejercicio que le estaban pidiendo. Cuando vió la ecuación, quería desmayarse ahí mismo. 4 (x+4) = 2 (x+2). Ese era el problema que tenía que solucionar, sólo tenía que sacar la x, debía ser fácil. Pensó en la solución, pero su cerebro no cooperó, pero, justo cuando iba a informarle al maestro que no tenía la respuesta, alcanzó a ver a Jouno deslizando un papel encima de la mesa que compartían, lo abrió y se sorprendió al ver la respuesta junto con su procedimiento —. Es... x= -6. Esa es la respuesta.

—Correcto.

El castaño soltó un suspiro aliviado. Esperó a que el maestro se volteara para averiguar el porqué el albino le había dado la respuesta y el procedimiento del problema, pues no creía que hubiera sido porque sí.

—¿Por qué fué eso? —preguntó en un susurro —. Digo, no me molestó, pero...

—¿Pero?

—No hay pero —soltó una leve risa —. ¿Entonces?

¿Me seguirías amando si...? [Suegiku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora