20: ¿Secreto o no?

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Jouno se despertó por el sonido de su despertador, el cual había estado sonando durante cinco minutos

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Jouno se despertó por el sonido de su despertador, el cual había estado sonando durante cinco minutos. Era fin de semana, por lo que no tenía tantas ganas de levantarse, además de que su padre salía siempre en días como esos a tomar.

Se sentó en su cama para despertar un poco más, aún estaba cansado de todo el trabajo que tenía que hacer en su casa, aunque prefería hacerlo él a que su madre, quien debería estar más agotada que él, lo hiciera.

Cuando estaba completamente despierto, acomodó un poco su cama y bajó para desayunar. Mentiría si dijera que no tenía hambre, pero él procuraba no comer demasiado, pues no quería "engordar" como le habían dicho, pero no pudo resistirse al olor que salió de la cocina.

—¿Son waffles de fresa? —preguntó, un tanto emocionado, el albino, cuando llegó a la cocina.

—Ah. Hola, cariño —lo saludó su madre —. Y sí, son waffles de fresa. ¿La fresa te gusta mucho, no?

—Sí.

—Entonces siéntate y espera a que te sirva, ¿entendido?

—De acuerdo —tomó asiento mientras escuchaba a su madre preparar el desayuno.

—¿Y hay algo interesante que contar? —preguntó Ren, con demasiada curiosidad por saber más sobre su hijo, pues casi no lograban pasar mucho tiempo juntos.

—Este... —pensó un momento, no sabía si decirle sobre su relación con Tetcho, no quería decepcionarla con eso, ya que no sabía si lo apoyaría —. No hay nada demasiado interesante... Sólo que Tetcho es un idiota.

—¿Y ahora por qué lo dices? —se giró hacia él, dejando su plato enfrente del albino y el suyo para después tomar asiento.

—Por nada, específicamente. Sólo es un completo idiota —partió un pedazo de su comida y se lo metió a la boca.

—Has estado hablando mucho de él, últimamente —mencionó la mayor, repitiendo la acción de su hijo.

El albino se quedó en silencio un largo rato, no sabía como reaccionar o responder a eso. Él y Tetcho ya llevaban unas semanas juntos, por lo que era obvio que hablara demasiado sobre él, pero Ren no sabía eso.

—Es porque es un idiota. Parece que, cada día, su idiotez aumenta —explicó, aunque, en una parte, no era mentira.

—Siendo sincera, sí parece un poco idiota, pero es una gran persona y un gran amigo, ¿no?

—Sí. Lo es... —susurró, con una pequeña sonrisa inconsciente en su rostro. Al notar lo que había dicho, su cara se pintó de rojo y trató de negarlo —: ¡N-no es que en serio piense que lo sea! —sacudió sus manos, en forma de negación —. Sólo que...

Su madre soltó una risa. Era adorable ver a su hijo en ese estado, y más si era por alguien, aunque él no lo admitiera.

—Me recuerdas a mí cuando era joven —mencionó —. Era un poco igual a tí, sólo que no era taaan seria.

¿Me seguirías amando si...? [Suegiku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora