Tetcho y Jouno son mejores amigos desde preescolar. Todo cambia cuando entran a la secundaria, pues empiezan a darse cuenta de que sienten atracción por el otro, pero prefieren quedarse callados para no arruinar su amistad. Es hasta la preparatoria...
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Habían pasado un par de semanas desde que se habían librado del grupo de Yuan, esas semanas había estado todo más calmado de lo habitual, cosa que agradecían.
—¡Es genial que nos hayamos librado de ellos! —exclamó Teruko, salpicando un poco de agua en la piscina que se encontraban.
Resulta que Chuuya les dejó las llaves de su casa para que pudieran ir a la piscina mientras él salía con un amigo, Shirase y él se habían reconciliado, por lo que accedió a dejarle las llaves a él.
—¡No salpiques, enana! —Jouno se empezó a quejar, cruzándose de brazos —. Y sí es genial todo eso.
—A mí no me llamas enana —lo volvió a salpicar.
—Calmense —dijeron Tetcho y Tachihara al mismo tiempo.
—¿Siempre son así?
Los otros dos chicos que contemplaban la pelea de la chica y el albino voltearon a ver a Shirase al escuchar la pregunta.
—Sí, pero te vas a acostumbrar —respondió el pelirrojo.
Fueron interrumpidos por una gran cantidad de agua siendo salpicada hacia su dirección, voltearon hacia los otros dos, notando que, entre tanto estando aventándose agua, los habían salpicado a ellos también.
—Fue ella.
—Fue él.
Dijeron al unísono mientras apuntaban al contrario, intentando culparse entre sí. Los otros tres soltaron una pequeña risa, esos dos nunca cambiarían.
—Cambiando de tema —Tetcho se acerco a Jouno para rodear su cintura con su brazo —, ¿ya tienen su atuendo listo para el baile escolar? Faltan pocos días.
—Yo no he encontrado algo que me guste —la pelirroja se sumergió más en el agua.
—Yo esperaba que faltara un día para el baile y así empezar a buscar algún conjunto —dijo Shirase, despreocupado.
—Yo estoy igual que Teruko —opinó el otro pelirrojo.
—¿Y tú, amor? —el castaño apoyó su cabeza en el hombro del albino.
—Yo... No sé qué puedo llevar.
—¡Tengo una idea! —volvió a exclamar la chica —. ¡Vamos a ir de compras!
Los otros cuatro se quedaron callados, procesando lo dicho por la chica, no solían ser muy fans de las compras, bueno, al menos Jouno no, por otro lado, los otros tres lo soportaban.
—Ni loco voy a hacer compras —el albino se cruzó de brazos —, sabes que no me gusta la idea de tener que buscar alguna ropa que me guste... Y se sabe bien que los lugares con mucho ruido no son mis favoritos.