Capítulo 9: "Me cargo unas cuantas naves espaciales."

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Cruzamos el Mall pitando, sin atrevernos a mirar atrás, y nos metimos disparados en el Museo del Aire y el Espacio. La parte principal del museo era una sala gigantesca llena de cohetes y aviones colgados del techo. Por todo el perímetro discurrían tres galerías elevadas que permitían observar las piezas expuestas desde distintos niveles.

No había mucha gente. Sólo algunas familias y un par de grupos de niños, seguramente de excursión escolar. Habría querido gritarles que echaran a correr, pero pensé que no lograría otra cosa que acabar detenida. Y no había avanzando tanto para arruinar mis planes en ese punto.

Oh, mi corazón latía tan rápido. Oh, mi respiración era un desastre. Pero no estaba cansada. Estaba así por lo que vi hacer a esos esqueletos. Era su objetivo. He intentado, he intentado, he intentado durante tanto tiempo ser más precavida, pero volví a arruinarlo. Y podría decir que no me importa, decir que yo estaría bien, pero eso no me ayudaría a ser fuerte, yo sólo quería gritar y huir, encontrar un refugio a todo eso.

Sacudí mi cabeza. Necesitaba enfocarme. Tenía que encontrar a Jason, a Nico, a Grover y a las cazadoras. En cualquier momento los tipos-esqueleto irrumpirían en el museo, y mucho me temía que no se decantarían por la visita guiada. Tropezamos con Jason. Literalmente. Nosotros subíamos a toda velocidad por la rampa que llevaba a la galería más alta y chocamos con él con tal fuerza que lo dejamos sentado en una cápsula Apolo.

Grover dio un grito de sorpresa. Nico me miró con los ojos desorbitados y su espada en su mano derecha. Antes de que pudiese recuperar el equilibrio, Zoë y Bianca nos apuntaron con sus flechas (los arcos habían surgido como de la nada). Cuando Zoë nos reconoció, no pareció muy deseosa de bajar el arco. Y trataba de entender por qué era así con nosotros, pero en ese momento teníamos cosas más importantes que atender.

--- ¡Ustedes dos! --- resopló --- . ¿Cómo osan presentarse aquí?.

--- ¡Andy! --- dijo Grover --- . ¡Gracias a los dioses! --- Zoë le lanzó una mirada fulminante y él se sonrojó --- . Bueno... eh... Cielos, se supone que no deberías estar aquí. Hola, Leo.

--- Hola, Grover. --- Leo sonrió mientras recuperaba el aliento.

--- Luke --- dije, tratando de recobrar el aliento --- . Está aquí.

La incredulidad en los ojos de Jason se disolvió en el acto. Sacó su moneda: --- ¿Dónde?. --- entonces les conté lo del Museo de Historia Natural: la escena entre el doctor Espino, Luke y el General.

--- ¿El General está aquí? --- Zoë parecía consternada --- . Imposible. Mientes.

--- ¿Por qué iba a mentir? --- Nico la miró con el ceño fruncido --- . Andy jamás nos mentiría a nosotros. Somos sus amigos. Una cualidad de la que tú careces evidentemente.

Zoë lo fulminó con la mirada: --- ¿Cómo te atreves a-?.

--- Por favor, no es el momento. --- Bianca intervino.

--- Exactamente, no tenemos tiempo --- Leo no dejaba de mover sus manos dentro de su cinturón de herramientas --- . Hay guerreros-esqueleto...

--- ¿Qué? --- preguntó Jason --- . ¿Cuántos?.

--- Más de doce --- dije --- . Y algo más todavía: ese tipo, el General, ha dicho que había enviado a unos «compañeros de juegos» para distraerlos. Unos monstruos. --- Entonces Jason, Nico y Grover se miraron.

--- Estábamos siguiéndole el rastro a Artemisa --- dijo Grover --- . Casi habría jurado que conducía aquí. Hay un intenso olor a monstruo. Debió de detenerse por aquí cuando buscaba a esa bestia misteriosa. Pero aún no hemos encontrado nada.

Andy Jackson y La Maldición del TitánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora