El dragón

capitulo 7

había estado planeando en secreto su organizaciónes los Dragones. A pesar de su juventud, su mente seguía siendo la misma, calculadora y despiadada.

Comenzó a reclutar miembros, buscando a aquellos que compartieran su sed de poder y su falta de escrúpulos. Encontró a un grupo de jóvenes delincuentes en un barrio peligroso de la ciudad y les ofreció una propuesta: unirse a él y convertirse en parte de los Dragones.

Los jóvenes, atraídos por la promesa de poder y dinero, aceptaron sin dudar. Ares les enseñó todo lo que sabía, desde cómo manejar armas hasta cómo manipular a los demás para conseguir lo que querían.

Pronto, los Dragones comenzaron a hacerse notar en la ciudad. Robos, asaltos, secuestros... nada parecía estar fuera de su alcance. Y Ares, el joven teniente, estaba detrás de todo, dirigiendo a sus hombres con una habilidad y una crueldad que nadie hubiera imaginado en alguien de su edad.

Giorgos y maya la joven que había rescatado se hacian cargo de ellos cuando el tenía misiones o se encontraba muy ocupado.

Ares, con una sonrisa siniestra, se paró frente a un grupo de individuos reunidos en un abandonado almacén. Era el momento que había estado esperando, el momento de dar vida a su plan maestro.

-Amigos, aliados, y aquellos que buscan el poder- comenzó Ares, su voz resonando en la habitación. -Hoy, damos nacimiento a una nueva era. Hoy, creamos la organización más temida y respetada del mundo. Hoy, creamos... los Dragones-

Los presentes aplaudieron, algunos con entusiasmo, otros con reservas. Pero Ares no se detuvo.

-No seremos una organización común- continuó -No seremos limitados por la moral o la compasión. Seremos los peores de los peores. Seremos los que harán temblar a los demás. Seremos los Dragones-

Ares hizo una pausa, su mirada recorriendo la habitación.

-Y yo, Ares James, seré vuestro líder. Seré el que los guíe hacia la gloria y el poder. Seré el que les enseñe a ser despiadados, a ser crueles, a ser los mejores-

La habitación se llenó de murmullos, algunos parecían emocionados, otros parecían asustados. Pero Ares no se detuvo.

-Juntos, conquistaremos el mundo. Juntos, nos aseguraremos de que nadie se interponga en nuestro camino. Juntos, seremos los amos del caos y la destrucción-

La habitación estalló en aplausos, y Ares sonrió, sabiendo que había dado el primer paso hacia su objetivo. Los Dragones habían nacido, y nada sería igual nunca más.

★★★†★★★

el joven líder de los Dragones, se encontraba en su lujosa habitación, la casa que había comprado en gracia rodeado de las mejores cosas que el dinero podía comprar. Pero había algo que le faltaba, algo que necesitaba para sentirse completo.

Esa noche, había invitado a una chica de 16 años, una hermosa joven que había conocido en una de sus fiestas. Se llamaba Sophia, y era la típica chica que se sentía atraída por el poder y el dinero.

la había seducido con facilidad, y pronto se encontraron en su cama, envueltos en una pasión ardiente. Pero para Ares, la pasión no duró mucho. Una vez que había satisfecho sus deseos, se dio cuenta de que Sophia ya no le interesaba.

-Vete-, le dijo, mientras se levantaba de la cama y se ponía una bata.

Sophia se sorprendió, pero intentó sonreír.

-¿Ya? Pero acabo de llegar-

Ares se encogió de hombros, acaso no entendía? que solo quería quitarse la virginidad en este estúpido cuerpo de crío.