capitulo 12

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se encontraba en su cuartel general, revisando los informes de inteligencia y planificando su próximo movimiento, cuando recibió una visita de uno de sus informantes.

-Tenemos información sobre una aldea en el norte- hal el informante, un hombre delgado y nervioso. - Se dice que están escondiendo a un grupo de rebeldes que han estado atacando nuestras tropas-

Ares se interesó, su mirada se volvió fría y calculadora.

-¿Cuántos rebeldes?- preguntó.

-No estamos seguros- respondió el -Pero se dice que son una docena o más. Y están bien armados-

Ares se levantó de su silla, su mente ya trabajando en un plan.

-Reúne a los hombres- ordeno - Vamos a ir a esa aldea y a limpiarla. No quiero que quede ni un solo rebelde vivo-

El informante asintió y se fue, dejando a Ares solo en su cuartel general. se quedó pensando por un momento, considerando sus opciones. Podría enviar a un equipo de soldados a la aldea, pero eso no sería suficiente. Quería hacer un ejemplo de esa aldea, quería mostrar a todos que no se podía oponer a él sin sufrir las consecuencias.

Así que decidió liderar el ataque personalmente, junto con sus mejores soldados. Quería estar allí cuando la aldea fuera destruida, quería ver la mirada de terror en los ojos de los rebeldes y de los inocentes.

Y así, Ares y sus soldados se dirigieron hacia la aldea, listos para llevar a cabo una masacre que sería recordada por mucho tiempo.

lideró el ataque contra la aldea con una ferocidad y crueldad sin precedentes. Con un grito de batalla, él y sus soldados irrumpieron en ella, disparando y matando a todo aquel que se les ponía por delante.

Las mujeres y niños corrían gritando, tratando de escapar de la masacre, pero Ares y sus soldados los perseguían sin piedad. El mismo mató a una mujer que intentaba proteger a su hijo, y luego le disparó al niño en la cabeza.

La aldea fue reducida a cenizas y escombros, y los cuerpos de los inocentes yacían en el suelo. se detuvo en el centro, mirando alrededor con una sensación de satisfacción y crueldad.

-Esto es lo que les sucede a los que se oponen a nosotros-dijo, su voz alta y clara. - No habrá misericordia, no habrá piedad. Solo destrucción y muerte-

Los soldados de Ares lo miraron Sabían que su líder era capaz de cosas terribles, y que no se detendría ante nada para lograr sus objetivos.

Después de la masacre, sabiendo que había causado tanto sufrimiento y dolor. no se arrepintió, no se detuvo a pensar en las consecuencias de sus acciones. Solo siguió adelante, liderando a sus soldados en una campaña de terror y destrucción.

La aldea inocente fue solo el comienzo, y sabía que habría muchas más víctimas en el futuro. Pero no le importaba, porque él era el Dragón, y la destrucción y la muerte eran su juego.

estaba en su cuartel general, revisando los informes de la reciente masacre en la aldea, cuando sonó su teléfono. Lo miró y vio que era su hermana Emma, que ahora tenía 10 años. No había hablado con ella desde que se fue, y no estaba seguro de por qué lo estaba llamando ahora.

Contestó la llamada, y la voz de Emma sonó al otro lado del teléfono, llorando.

-Ares, hermano, te extraño tanto- dijo Emma. -¿Cuándo vas a venir a casa? Quiero verte, quiero abrazarte-

Ares se encogió de hombros, sin sentir ninguna emoción.

-No voy a volver a casa, Emma, Estoy ocupado con mi misión-

El dragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora