capitulo 8

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Ares, se encontraba en el campo de tiro, rodeado de francotiradores experimentados. El juego era simple: cada jugador tendría que acertar a un blanco a 1.000 metros de distancia, y el que lo hiciera con la mayor precisión y rapidez ganaría.

Ares era el jugador más joven en participar en el juego, y muchos de los otros competidores lo miraban con escepticismo. Pero este no se dejó intimidar.

Cuando comenzó el juego, se concentró en su objetivo. Respiró profundamente, apuntó con su rifle y disparó. El blanco explotó en una nube de polvo, y los otros competidores se sorprendieron al ver que había acertado en el centro del blanco.

Pero no se detuvo ahí. Siguió disparando, acertando a blanco tras blanco con una precisión y rapidez que nadie había visto antes.

Al final del juego, Ares había acertado a todos los blancos, con un promedio de tiempo de 1.2 segundos por disparo. Los otros competidores estaban asombrados, y el presentador del juego se acercó a el con una sonrisa.

-Felicitaciones, Ares James- dijo el presentador. -Eres el ganador del juego de franco tirador. ¿Cuál es tu secreto?-

-Simplemente me imagino que estoy eliminando a mis enemigos... uno por uno-

Su sonrisa era inquietante, y los otros competidores se sintieron incómodos. Pero no parecía importarle. Había ganado, y eso era todo lo que le importaba.

-¿Qué hay de desayuno?- preguntó cambiando de tema. -He oído que el café aquí es letal-

Los otros competidores se rieron pero Ares solo los ignoro Sabía que era el mejor, recibiendo otra medalla y eso era todo lo que le importaba

A los días se encontraba en el campo de entrenamiento, rodeado de aviones y tanques de guerra. Su objetivo era dominar estas máquinas y convertirse en un maestro de la guerra moderna.

Comenzó con los aviones, subiendo a la cabina de un caza F-22. Ares se sintió en casa, manejando los controles con precisión y habilidad. Realizó acrobacias aéreas con facilidad, y luego se centró en prácticas de combate aéreo.

Después de horas de vuelo, Ares se dirigió a los tanques de guerra. Subió a un M1 Abrams y se familiarizó con los controles. Luego, comenzó a maniobrar el tanque con habilidad, realizando giros cerrados y disparando con precisión.

Ares pasó horas entrenando con los tanques, perfeccionando su técnica y estrategia. Su objetivo era convertirse en un experto en combate terrestre y aéreo.

Al final del día, Ares se detuvo a mirar los aviones y tanques que había manejado. Sonrió, satisfecho con su progreso.

-Mañana- se dijo a sí mismo, -seré aún mejor-

Y con eso, se retiró a su cuartel, listo para descansar un poco.

Luego de un largo día de entrenamiento al fin en su descanso, su movil sonó su pantalla se iluminó mostrando el nombre de emma.

Contestó un tono neutro. -¿Qué pasa, Emma-

-¡Ares, estoy tan emocionada!- exclamó Emma. -He estado tomando clases de patinaje sobre hielo y estoy mejorando mucho. Ayer logré hacer un giro completo sin caerme-

Ares gruñó un - mmm-hmm - para mostrar que estaba escuchando, aunque en realidad no le importaba.

-Y ayer también conocí a un chico nuevo en la clase, se llama Max. Es muy divertido y nos hemos estado riendo mucho juntos- continuó Emma.

Ares respondió con un monosílabo -Uh-huh-

Emma no pareció darse cuenta de la falta de entusiasmo de Ares y continuó hablando sobre sus clases de patinaje y su nuevo amigo Max. Ares la escuchó en silencio, sin interrumpir, pero sin mostrar ningún interés real en la conversación.

Luego de lo que pareció media hora al fin la Niña insufrible como el la habia apodado, corto la llamada.

★★★†★★★
Un mes después.

Emma llegó a la base militar con sus hermanas Sam y Rachel para celebrar el cumpleaños número 12 de Ares. Estaban emocionadas de ver a su hermano y pasar un día juntas. Sin embargo, cuando llegaron, Ares las ignoró por completo.

En su lugar, se puso firme y les gritó:

-¡Atención! ¡No estoy aquí para celebrar mi cumpleaños, estoy aquí para entrenar!-

Sam y Rachel se miraron confundidas, pero Emma se acercó a Ares.

-¡Feliz cumpleaños, Ares! ¡Te traemos regalos!- le dijo.

Ares la miró con una expresión seria

-¡Soldado, no te permito mostrar debilidad! ¡No acepto regalos!-

Emma se sintió confundida, pero Ares continuó: -¡Vamos a comenzar el entrenamiento! ¡Quiero verte hacer 20 flexiones, ahora mismo!-

Emma se puso en posición y comenzó a hacer flexiones, mientras Sam y Rachel se miraban entre sí, preocupadas por el comportamiento de Ares.

Después de las flexiones, Ares le ordenó a Emma que hiciera carreras alrededor de la base, y luego que practicara su puntería con un arma de juguete. Emma obedeció, sintiendo que Ares la estaba tratando como a un soldado.

Sam y Rachel decidieron irse, ya que Ares no parecía interesado en celebrar su cumpleaños con ellas. Pero Emma se quedó, decidida a seguir las órdenes de su hermano y demostrarle que podía ser una buena soldado.

Después de que Emma terminó su entrenamiento, Ares se acercó a ella con una expresión seria.

-Soldado, has demostrado ser digna de mi respeto- le dijo. -Pero ahora, debes saber por qué te sometí a este entrenamiento-

Emma lo miró con curiosidad

-Me enteré de que te besaste con Max, ese chico que conociste en las clases de patinaje. Y decidí castigarte por tu falta de disciplina- y Ares continúo.

Emma se sonrojó y miró hacia abajo, sintiendo que había sido descubierta.

-Lo siento, Ares- se disculpo -No pensé que fuera un problema-

Ares la miró con intensidad.

-Un soldado no muestra debilidad, Emma. Y un beso es una muestra de debilidad. Por eso te castigué-

Emma asintió, entendiendo la lógica de Ares, aunque no estuviera de acuerdo con ella.

-Lo entiendo, Ares. No volverá a pasar-

Ares la miró fijamente durante un momento antes de dar media vuelta y alejarse.

-Vigila tus acciones, soldado- ordeno -No quiero volver a ver debilidad en ti-

El dragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora