La noche estaba cargada de una electricidad especial; acababa de cumplir 18 años. A pesar de su juventud, había logrado mucho, y esa noche estaba decidido a celebrarlo a su manera. Con un aire de despreocupación y un toque de arrogancia, se preparó para salir, llevando una chaqueta de cuero que resaltaba su figura.
Emma, lo esperaba con una sonrisa brillante. Su entusiasmo era contagioso, y aunque el no era el tipo de persona que mostrara demasiada emoción, le alegraba ver su energía.
-¿Estás listo para celebrar? -preguntó Emma.
-Siempre estoy listo -respondió con una sonrisa ladeada, sin perder la confianza en su voz.
Decidieron ir a un club exclusivo en Atenas, donde la música vibrante resonaba en el aire y las luces de colores iluminaban el ambiente. Gracias a su reputación, Emma pasó sin problemas por la entrada, mientras Ares se movía con la seguridad de alguien que sabía que todos lo conocían y respetaban.
Dentro, el ambiente era eufórico. Ares, al ser el foco de atención, disfrutó del momento, dejando que los demás lo admiraran. Sin embargo, no estaba interesado en la superficialidad del lugar. Varias chicas comenzaron a acercarse, coqueteando audazmente, pero las ignoró con desdén, su mirada fija en el fondo del club.
Una joven en particular se le acercó con una sonrisa coqueta, intentando captar su atención. Pero antes de que pudiera avanzar, Emma se interpuso.
-Escucha, chica -dijo con una mirada desafiante-. Ares es mi novio, así que si no te vas, te dejaré calva.
La chica, sorprendida, dio un paso atrás y se fue rápidamente. alzó una ceja, divertido pero sin mostrar interés.
-No necesitabas hacer eso -dijo, girándose hacia ella, aunque una leve sonrisa se dibujó en sus labios.
-Tal vez, pero no me gusta que se acerquen a lo que es mío -respondió Emma con firmeza.
La noche continuó, con el disfrutando de la compañía de Emma mientras se movían entre la multitud. Ella bailo mientras el la cuidaba desde los sillones, era su cumpleaños, sí, pero también un recordatorio de que cada año que pasaba era una oportunidad para ser mejor y superar a quienes lo rodeaban.
Al final de la celebración, mientras salían del club, lo sorprendió con un pequeño paquete envuelto en papel brillante.
-Feliz cumpleaños -dijo, entregándole el regalo con una sonrisa.
Ares desenvuelve el paquete y descubre un reloj elegante, con sus iniciales "A" y "E" grabadas en la parte trasera. Su expresión se mantuvo seria, pero un destello de sorpresa iluminó su mirada.
-No esperaba esto -dijo, evaluando el reloj con una mirada crítica pero satisfecha-. No está mal.
-Solo quise que tuvieras algo que te recuerde que siempre estaré contigo -respondió Emma, su expresión sincera.
Sin pensarlo, el inclinó la cabeza y le dio un leve beso en la frente, un gesto que era tan raro para él como significativo. En su mente, sabía que tenía que proteger lo que le importaba.
-Vamos Emma -aspecto.
Lo siguió cambiando a su lado y tomando su mano antes de subir al auto.
Emma decidió quedarse una semana más, y Ares no estaba completamente convencido, pero tampoco se opuso. Sabía que, a pesar de su comportamiento y su carácter fuerte, era una de las pocas personas con las que podía relajarse. Sin embargo, tenía sus reservas sobre dejarla entrar en su vida personal de una manera más profunda.
No la llevó a la mansión del centro de la ciudad, consciente de que Emma era "muy lengua suelta", como le gustaba decir. Había demasiados secretos que guardar, y no estaba dispuesto a arriesgar su mundo por una cria imprudente. Así que, en su lugar, le tocó soportar dormir con ella en su habitación.
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El dragón
Fanfiction"Ares Galanis, el enigmático líder de Los Dragones, se sentaba en su trono , sus ojos azules brillantes dominando la habitación con una autoridad implacable. Su cabello negro y despeinado caía sobre su frente, y su sonrisa era una mueca de desdén qu...