Se sentó en su silla haciendo una seña para que gateara hasta el, Ana se hizo el cabello para atras y a cuatro patas camino hasta el, con sus manos tomo el miembro de este llevándolo a su boca su lengua lo lamía y succionaba una y otra vez, el gruñido de Ares la habia exitado más.
Bajo su mano hasta su coño tocándose ella misma.
-Acaso te di permiso?- la pregunta de Ares la hizo sacar su mano rápidamente.
Nego sin dejar de chupar y succionar, y no esperaba que Ares la tomara del cuello para empezar a controlar sus movimientos, la hacia subir y bajar que chupara hasta el fondo.
-Esto querías verdad Ana? Te mueres por ser la puta de tu líder.
La voz ronca de el la encendía y la motivo a hacerle garganta profunda, olvidándose del dolor de su mandíbula y rodillas, continúo con lo suyo hasta que sintió el líquido bajar por su paladar, trago y Ares la jaló del brazo sentandola a horcajadas sobre su regazo, sus labios vaginales hicieron friccion con su miembro palpitante, solo se movió un segundo.
Dejó que ares se colocara el condón para luego ubicar su polla en su entrada, levanto su cadera y lo introdujo lentamente, sintió sus paredes rasgarse mientras apretaban la longitud del miembro, Ares disfrutaba la sensacion apretada que le causaba.
-Muevete Ana.
Obedeció y comenzó a embestirse por cuenta propia, Ares se llevó las tetas de la joven a su boca mordiendo y dejando marcas. Ana cerró sus ojos y un gemido salió de sus labios.
-Ares..
Era demasiado para ella, el de solo pensar que se estaba follando a ares la hacia humedecerse aún más.
Su pecho choco contra el sillón y su culo fue nalgeado infinidades de veces, le dolía y podía jurar que estaba rojo, y ares agarro su cadera y comenzo con las estocadas el mismo.
Entraba y salía, sujetándola de los brazos los cuales lo había dejado de en la espalda de la pelirroja, el choque de pieles resonaba por toda la oficina.
-Por favor para...- suplico al sentir un dolor en su zona baja.
Pero lo único que recibió fue que la ignorara y comenzará a follarla más rápido y fuerte, el ardor se intensificó aún mas.
-Por favor Ares.. detente- la oyó murmurar.
Mordió su pezón antes de soltarla y salir de ella mientras se abrochaba el cinturón con calma, su rostro frío y sin emoción y Ana lo miraba sentada en el borde de la silla, completamente desconcertada. No podía entender cómo él simplemente había decidido dejarlo todo a medias, como si lo que acababa de pasar no tuviera ninguna importancia. La frustración empezó a crecer en su interior, y finalmente decidió reclamarle.
-¿Por qué...? -Su voz temblaba mientras intentaba encontrar las palabras. Pero cuándo la miró, su mirada gélida la paralizó.
Él terminó de ajustarse la camisa, sin darle mayor importancia a lo que ella intentaba decir. Se acercó lentamente, su presencia imponente aplastándola con cada paso que daba.
-Creí que podrías aguantar más de mí, Ana - su tono de voz bajo y firme, cargado de una indiferencia cruel-. Pero qué equivocado estaba.
Ana sintió como si cada palabra fuera un cuchillo clavándose en su pecho. Su fortaleza se desmoronó en un instante, las lágrimas comenzaron a correr por su rostro sin control.
-Ares, yo... yo te amo. -Su voz se quebró al decirlo, esperando que esas palabras, de alguna manera, lo conmoverían, que tal vez lograría atravesar la barrera de frialdad que él siempre mantenía.

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El dragón
Fiksi Penggemar"Ares Galanis, el enigmático líder de Los Dragones, se sentaba en su trono , sus ojos azules brillantes dominando la habitación con una autoridad implacable. Su cabello negro y despeinado caía sobre su frente, y su sonrisa era una mueca de desdén qu...