Capitulo 32

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Dos semanas despues

𝑪𝒂𝒅𝒂𝒒𝒖é𝒔 𝑬𝒔𝒑𝒂ñ𝒂

Los días habían pasado tan lentamente para Becky que sentía que habían pasado mil año en aquel lugar, la casa donde vivían era acogedora, elegante pero no ostentosa, tenia un lindo jardín. Pero todo eso quedaba en el olvido, al estar junto al loco de Nop. Ella había notado ciertos cambios en su carácter, había visto ciertas acciones que llamaban su atención, no la había golpeado pero si era agresivo con sus palabras cuando ella lo encontraba en alguna situación sospechosa.

En varias ocasiones lo alcanzó escuchar hablando por teléfono. Cómo en este momento, lo veía de espaldas en la cocina mientras ella lo espiaba y escuchaba atentamente.

-¡Lo sé... Sí todo se hará en el momento que este casado con ella!- al escuchar eso ella trago en seco ¿Será que hablan de mi? ¿Pero con quién? -se preguntaba-

-Guillermo es un pobre idiota...Cree en mi ciegamente, tanto que me ayudó a secuestrar a su hija - se escuchó la risa ronca de Nop por la estancia, seguía sin entender mucho el contexto de la conversación ya que no escuchaba lo que decían del otro lado de la línea. Pero escuchando el nombre de su padre, supo que hablaban de ella.

-¡Si madre, todo está controlado. La venganza comienza!- sintió recorrer por todo su cuerpo la adrenalina del miedo ¿Venganza? -se cuestionó.

(****)

Narra Nop:

Nadie conoce mis secretos, nadie se imagina que el destino puso frente a mi a la víctima correcta para llevar a cabo mis planes y los de mi madre. Solo no conté con una cosa perder la cabeza por la que sería mi víctima, soy consciente de que ella no es igual a su padre en realidad ninguno de ellos es como él.

La idea principal era solo usarla para llegar al bastardo que desgracio la vida de mi madre, pero me perdí en sus ojos, en su diminuto cuerpo tan delicado. Ella es un ángel y se que yo soy el demonio que la atormenta, pero no la dejaré libre, eso jamás pasará. Se que mi madre no es consciente de lo que hago con respecto a ella, solo sabe que está conmigo pero no sabe que soy un maldito hijo de puta que la golpea y abusa de ella. Tampoco tiene por qué saberlo, a ella solo le debe interesar que vengaremos a mi padre y ya. Lo que yo haga con Becky no le concierne, ella es mía.

Sufro de ira, pero también hago tal daño consciente. Aunque luego de verla en el estado que la dejo me carcoma el remordimiento y salgo corriendo a comprarle algún medicamento para bajar el dolor que sé que debe sentir en ese cuerpo exquisito, amo su piel... Ella es suave, su aroma a cítricos me la pone dura de solo recordarlo. No me la he cogido desde que la lastime en aquel avión, se que fui y soy un maldito bastardo, pero la deseo de una forma enferma, solo le estoy dando tiempo a que se recupere para luego volver a hacerla mía.

Miro sobre mi hombro al escuchar unos pasos y mis ojos contemplan a la diminuta mujer que pronto haré mi esposa y así llegaré a mi objetivo, dejar sin nada a Guillermo Armstrong deseando que lo mate con mis propias manos como el lo hizo con mi padre.

-¡Buen día cielo!- quiero subirle la falda de ese vestido y penetrarla como tanto deseo. Su rostro está casi sano, quizás pueda sumergirme en esa deliciosa vagina que tiene.

-Hola- dice en un susurro, se que me teme porque me gane ese temor a pulso y no voy a negar que me gusta ver su miedo. Pero existen días como hoy que me gustaría volver a ver ese deseo que reflejaba en sus ojos.

-¿Quieres comer algo? Compré tu pastel de chocolate preferido - camino hasta ella notando cómo su cuerpo se tenza y su respiración se acelera. Sonrió mirándola dándole una caricia en su delicado rostro.

Ámame como tu lo hacesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora