Ámame como tu lo haces

FINAL

Varios Meses después:

Becky transitaba su quinto mes de embarazo. En esos meses habían pasado muchas cosas, una de ellas fue que Guillermo Armstrong fue encarcelado bajo las acusaciones de homicidios, estafas, violencia de género no solo contra su propia esposa sino contra más víctimas. La empresa que le correspondía a Giana por derecho volvió a sus manos la cual era manejada por Richie.

Hacía más de dos meses que les llegó la noticia de que Nop se había quitado la vida en aquella cárcel, no fue felicidad lo que sintió Becky al saber el destino de aquel mal hombre, pero si se sintió más libre, sin ese temor de salir a la calle y que en cualquier lugar él podía estar.

Aquella tarde iban en el auto hasta la clínica, ese día podrían por fin ver el sexo de su bebé. Estaba ansiosa y nerviosa, habían estado mirando muchos nombres con Freen, dejando algunos ya en vista para cualquiera que sea el sexo.

Becky tocó su vientre abultado mientras miraba a la mujer de su vida, amaba verla conducir, siempre tan seria y fruncía el entrecejo. Extendió su mano libre, enredando sus dedos en el cabello de Freen.

—¡Te amo!—dijo de repente y eso provocó que Freen la mirara rápidamente guiñando un ojo con una enorme sonrisa en sus labios.

—¡ Y yo te amo más a ti!— tomo su mano y la beso —¿Qué vas a pedir? Ese amor tan desbordado me asusta. Ya que cuando salimos de casa estabas furiosa porque no deje que te tomes una Coca-Cola—Freen soltó una carcajada al sentir como Becky le golpeaba su brazo.

—¡ No me dejas ser, ahora me enoje contigo otra vez! —se cruzo de brazos como una niña y se enojaba más al escuchar las carcajadas de Freen. —¡ Calla, dormirás en la habitación de invitados está noche!— y eso a Freen en vez de asustarla le hizo reír más.

Cuando parqueo el auto en el estacionamiento de la clínica se giro para mirarla y puso una de sus manos sobre el vientre abultado.

— ¿Si sabes que una Coca-Cola a las nueve de la mañana eso sería una bomba?—la vio encogerse de hombros como una niña

— ¡Bebé quería su coquita y tú nos la negaste!—vio que sus ojos se llenaban de lágrimas y se sintió frustrada, ella cada día estaba más sensible. La había escuchado llorar diciendo que estaba gorda mientras se devoraba un pote de helado o una torta de chocolate. Ella estaba totalmente loca *pensaba Freen*

—Bien hagamos esto, vamos a la consulta, veremos qué sexo es el bebé y prometo que para celebrar te compraré un refrigerador completo de Coca-Cola—vio como ella elevó el rostro y se le dibujo una sonrisa de oreja a oreja, lanzándose sobre Freen. *Pequeña manipuladora* pensó, pero no lo dijo en voz alta sino sería un tema de nunca acabar con el temperamento de Becky.

(****)

Narra Becky:

Habían pasado tantas cosas en este tiempo, que lo mejor que paso en mi vida fue chocar aquella vez con la mujer maravillosa que tenía en este momento sujetando mi mano a la espera de que la obstetra nos revelará el sexo de nuestro bebé. Yo sentía que era un niño, como si el instinto de mamá me gritaba que era un varoncito.

Siento como la obstetra mueve el aparato en mi vientre, mientras observa la pantalla. Freen está sentada a mi lado y no deja de mover su pierna síndrome de que está nerviosa, de que si la doctora no revela en este momento el sexo del bebé, hará un hoyo en el piso. Aprieto ligeramente su mano para captar su atención, de inmediato fija sus ojos en mi.

—Respira— le susurro, a lo que ella sonríe y de inmediato vuelvo la vista al monitor.

—¿Listas para saber?— pregunta la mujer con una amplia sonrisa, mientras nos mira a los dos.