Entramos en el aula justo a tiempo para evitar problemas adicionales. La profesora ya está en el estrado, organizando unos documentos mientras los estudiantes se acomodan en sus asientos. La tensión del pasillo sigue pesando sobre mí, pero me esfuerzo por dejarla de lado. Busco un asiento cerca de Sophie, quien me lanza una mirada de complicidad antes de que la clase comience.
—Buenos días, —saluda la profesora, su voz clara y firme—. Soy la profesora Moonshadow, y estaré a cargo de la clase de Historia Antigua.
Los alumnos responden con un murmullo respetuoso. La profesora James es una mujer alta, de aspecto severo, con el cabello negro recogido en un moño impecable y unos ojos grises que parecen observarlo todo. Lleva puesta una chaqueta lo que le da un aire aún más formal y estricto.
—Vamos a comenzar con un repaso de los acontecimientos clave de las civilizaciones antiguas —anuncia, y de inmediato se sumerge en la lección, sus palabras precisas llenando el aula.
Trato de concentrarme, pero mi mente sigue regresando al encuentro con la profesora Eva Boodmrth. No puedo sacudirme la sensación de que he cruzado una línea invisible. Las advertencias de Sophie y los demás ahora resuenan con más fuerza en mi cabeza.
A medida que avanza la clase, me doy cuenta de que estoy siendo observada. Al girar la cabeza ligeramente, noto a algunos estudiantes lanzándome miradas furtivas, algunas de curiosidad, otras claramente de envidia o desdén. Es incómodo, pero intento ignorarlo y centrarme en la lección.
La clase termina sin incidentes adicionales, y cuando la profesora James nos despide, Sophie y yo nos levantamos para salir.
—¿Estás bien? —me pregunta Sophie en voz baja mientras caminamos hacia la puerta.
—Sí, solo... sigo pensando en lo que pasó antes —respondo, ajustando la correa de mi mochila.
—Es normal, pero trata de no darle demasiadas vueltas —dice Sophie—. Eva Boodmrth es alguien a quien todos temen por una razón, pero no puedes dejar que eso te controle.
Salimos del aula y comenzamos a caminar por el pasillo hacia nuestra siguiente clase. A medida que avanzamos, noto que el instituto comienza a llenarse de estudiantes que se dirigen a sus respectivas clases. Hay un murmullo constante, una mezcla de conversaciones y pasos resonando en los pasillos de piedra.
—¿Sabes qué clases tienes después? —me pregunta Sophie mientras revisa su propio itinerario.
—Tengo Literatura ahora —respondo, consultando mi horario—. Luego, Ciencias.
—Ah, yo también tengo Ciencias más tarde —dice Sophie, sonriendo—. Nos veremos allí.
Nos despedimos rápidamente en la bifurcación de los pasillos, y me dirijo hacia el aula de Literatura. Mis pasos son lentos, y no puedo evitar sentir un nudo en el estómago. No quiero volver a tener un encuentro como el de esta mañana, pero sé que este lugar está lleno de sorpresas, y no todas son agradables.
Cuando llego al aula de Literatura, me doy cuenta de que soy una de las primeras en llegar. La profesora aún no ha llegado, así que tomo asiento en una de las mesas cercanas a la ventana. Desde aquí, puedo ver el exterior del instituto: los jardines bien cuidados, las altas torres que se elevan hacia el cielo gris. Es un paisaje imponente, pero al mismo tiempo, tiene algo de sombrío, como si una nube oscura cubriera constantemente el lugar.
Los otros estudiantes comienzan a llegar, llenando el aula poco a poco. La mayoría se saluda entre ellos, pero algunos siguen lanzándome esas miradas evaluadoras que ya estoy empezando a reconocer. Decido ignorarlas y concentro mi atención en la vista por la ventana, tratando de calmar mi mente.
Finalmente, la profesora de Literatura entra en el aula. Es una mujer muy hermosa, con cabello castaño recogido en un moño bajo y una expresión amable pero seria.
—Buenos días, alumnos —saluda, con una sonrisa profesional—. Soy la profesora Elara, y seré su guía en este viaje a través de la Literatura.
La clase comienza con una introducción a los textos que vamos a estudiar este semestre. La profesora Elara tiene una forma de hablar que hace que las palabras cobren vida, y poco a poco, me siento más tranquila. A medida que avanza la lección, me dejo llevar por la belleza de los textos que estamos analizando. Es un alivio, una pequeña burbuja de normalidad en medio de este lugar tan extraño.
Cuando la clase de Literatura termina, es hora de dirigirme a Ciencias. Recuerdo que Sophie mencionó que también tiene esta clase, así que camino hacia el aula con un poco más de ánimo, sabiendo que al menos tendré una cara conocida cerca.
Al llegar al aula de Ciencias, veo a Sophie esperándome en la puerta. Me recibe con una sonrisa y juntas entramos al salón. Los demás estudiantes comienzan a llegar, y pronto la clase está llena. Tomamos asiento en una de las mesas del medio, y Sophie me pasa una nota rápida.
—¿Qué tal Literatura? —escribe.
—Mejor de lo que esperaba —respondo en la nota—. La profesora es buena.
Antes de que podamos continuar nuestra pequeña conversación, la profesora de Ciencias entra en el aula. Es una mujer alta, de complexión delgada, con cabello oscuro y unos ojos penetrantes que parecen ver más allá de lo evidente.
—Buenos días, señoritas y señoritos —dice, su voz clara resonando en la sala—. Soy la profesora Moonshadow, y estaré a cargo de su educación en Ciencias. Espero que estén listos para trabajar duro.
La clase comienza con una intensidad que no había anticipado. La profesora Moonshadow es exigente, pero también es clara y directa, lo cual agradezco. Sin embargo, noto que algunos estudiantes parecen tensos, como si estuvieran constantemente en alerta. No puedo evitar preguntarme si tiene algo que ver con la presencia de la profesora Eva Boodmrth, de quien todos parecen tener miedo.
Mientras la clase avanza, Sophie y yo trabajamos juntas en los ejercicios que nos asignan. Es un alivio tener a alguien con quien puedo sentirme cómoda, incluso en este entorno tan intimidante.
Cuando finalmente termina la clase de Ciencias, Sophie y yo salimos del aula junto con el resto de los estudiantes. La mañana ha sido agotadora, tanto física como emocionalmente, y no puedo evitar sentirme un poco abrumada.
—Creo que necesito un descanso —digo, estirando los brazos mientras caminamos por el pasillo.
—Te entiendo —responde Sophie, sonriendo—. Pero todavía nos queda un largo día por delante.
—¿Dónde almorzamos? —pregunto, recordando los horarios estrictos que mencionó la directora Boodmrth.
—En la cafetería, como en el desayuno —responde Sophie—. Pero hay que llegar a tiempo. Los horarios son muy estrictos aquí, y no querrás saltarte una comida.
Nos dirigimos hacia la cafetería, donde ya se está formando una fila de estudiantes esperando su turno para almorzar. El ambiente es igual de organizado que por la mañana, y siento una mezcla de hambre y cansancio mientras tomo mi bandeja y me sirvo la comida.
Sophie y yo encontramos una mesa vacía y nos sentamos. Mientras comenzamos a comer.
—Helena, hay algo que debes saber sobre este lugar —dice Sophie, rompiendo el silencio mientras toma un sorbo de su bebida—. Aquí no todos somos... lo que parecemos.
—¿Qué quieres decir? —pregunto, dejando mi tenedor en el plato.
—Es complicado —responde Sophie, mirando a su alrededor como si no quisiera ser escuchada—. Pero debes tener cuidado. Hay muchas cosas que no conoces sobre el Instituto Boodmrth. Y es mejor que no hagas demasiadas preguntas por ahora.
—Entiendo —respondo, aunque la curiosidad me quema por dentro.
Mientras comemos, Sophie me señala discretamente a una chica que entra en la cafetería.
—Esa es Isabella Crowe —susurra—. La chica más popular y, también, la más problemática. Ten cuidado con ella.
Miro a Isabella, que se mueve con una confianza que roza la arrogancia. Los estudiantes la observan con admiración y miedo, y no puedo evitar sentir una inquietud creciente. Este lugar es más complicado de lo que imaginé.
La comida termina y Sophie y yo nos dirigimos a nuestras siguientes clases.
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Instituto Bloodworth
ParanormalHelana llega a un instituto rodeado de misterios donde nada es lo que parece. Pronto descubre que las reglas son diferentes y que el peligro acecha en cada esquina. Una atracción inexplicable hacia una de sus profesoras la llevará a enfrentarse a se...