Capítulo-38 capítulo especial

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La Historia del Instituto

POV:  Eva

Helena y yo estábamos sentadas en la sala común del instituto, disfrutando de un momento tranquilo después de un largo día. Había algo en su mirada, una mezcla de curiosidad y necesidad de respuestas, que me hizo saber que estaba lista para escuchar la historia que había estado esperando contarle.

—Eva —dijo, rompiendo el silencio—, he estado pensando en todo lo que ha pasado aquí, y hay algo que necesito saber. ¿Puedes contarme la historia del instituto? ¿Cómo tú y Rose llegaron a ser las dueñas?

Sonreí suavemente, sabiendo que este momento llegaría tarde o temprano.

—Por supuesto, Helena —respondí, tomando su mano entre las mías—. Es una historia larga, pero creo que ya es hora de que la sepas.

Miré hacia la ventana, observando cómo la luz del atardecer bañaba los terrenos del instituto con un resplandor dorado. La vista me llevó de vuelta a los días en que todo comenzó.

—Hace muchos años, antes de que el instituto fuera lo que es ahora, era solo un edificio abandonado, perdido en el tiempo —comencé—. Mi hermana Rose y yo, junto con algunos otros, descubrimos este lugar cuando huíamos de una guerra entre clanes de criaturas sobrenaturales. Necesitábamos un refugio, un lugar seguro donde pudiéramos vivir en paz sin temor a ser perseguidos.

Helena me miraba atentamente, sus ojos brillaban con interés.

—¿Una guerra entre clanes? —preguntó, inclinándose un poco hacia adelante.

—Sí, una guerra que casi destruye todo lo que conocíamos —respondí, con un tono más serio—. Rose y yo éramos parte de un pequeño grupo que se oponía a las luchas sin sentido entre las especies. Queríamos crear un lugar donde todos pudiéramos coexistir, aprender y crecer sin el constante temor a la violencia.

Hice una pausa, recordando los desafíos que enfrentamos en esos primeros días.

—Fue difícil al principio. Tuvimos que luchar contra muchos que no querían que este lugar existiera, que pensaban que las especies no debían mezclarse. Pero al final, logramos establecer el instituto, un lugar donde todas las criaturas sobrenaturales pudieran vivir y aprender juntas, en paz.

—Y lo lograron —dijo Helena, con una sonrisa—. Este lugar es increíble.

Asentí, pero había más que contar.

—Pero no fue fácil. Hubo muchos desafíos en el camino, y uno de los más grandes fue Lucien.

Vi cómo la expresión de Helena cambiaba al mencionar su nombre. Sabía que tenía preguntas sobre él, y ahora era el momento de darle las respuestas que buscaba.

—Lucien era uno de los nuestros, al principio. Un líder fuerte, carismático, y con un gran poder. Pero su ambición lo llevó por un camino oscuro. Quería más que solo paz, quería control absoluto sobre todas las criaturas. Cuando Rose y yo nos opusimos a sus planes, se volvió contra nosotros.

Tomé una respiración profunda antes de continuar.

—Hubo una gran confrontación. Lucien intentó tomar el control del instituto y convertirlo en su propio imperio. Pero Rose, Alara y yo logramos detenerlo. Lo desterramos, sellando su poder y prohibiéndole regresar. Pero Lucien no lo tomó bien. Juró vengarse de nosotras, y sabía que la mejor manera de hacerlo era atacando a quienes más nos importaban.

—Por eso vino tras de mí... —murmuró Helena, comenzando a entender.

—Sí —respondí, apretando su mano—. Sabía que hacerte daño sería la forma más efectiva de destruirnos emocionalmente. Eres lo más importante para mí, Helena, y él lo sabía.

Helena permaneció en silencio, procesando todo lo que le había contado.

—Entonces... todo esto, la lucha, el peligro... ¿ha sido para proteger lo que construyeron? —preguntó finalmente.

—Así es —dije con firmeza—. Este instituto representa más que solo un lugar de aprendizaje. Es un símbolo de esperanza, de lo que podemos lograr cuando trabajamos juntos, sin importar nuestras diferencias. Y protegerlo es algo por lo que siempre estaré dispuesta a luchar.

Nos quedamos en silencio por un momento, dejando que las palabras fluyeran entre nosotras. Sabía que esta historia era solo una parte del gran tapiz de nuestras vidas, pero era una parte importante, una que Helena necesitaba conocer.

—Gracias por contarme todo esto, Eva —dijo finalmente, su voz era suave, pero llena de determinación—. Entiendo mucho mejor lo que significa este lugar, y estoy más decidida que nunca a protegerlo también.

—Lo sé, Helena. Y juntos, haremos que este lugar continúe siendo un refugio para todos los que lo necesiten —respondí, sintiendo una renovada fuerza al saber que no estaba sola en esta misión.

Con esa promesa, nos quedamos en silencio, mirando el atardecer mientras el instituto, nuestro hogar, se mantenía firme en la distancia.

Ahora si

Fin

Instituto BloodworthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora