Me encontraba caminando por los pasillos del instituto, sintiendo las miradas de otros estudiantes, aunque no sabía si eran reales o simplemente producto de mi imaginación. La noticia de que había manifestado poderes de bruja no había tardado en extenderse, y aunque nadie lo decía en voz alta, podía sentir que me miraban de manera diferente.Finalmente, no pude soportar más el peso de la incertidumbre y decidí que era hora de hablar con mis amigos. Necesitaba saber cómo se sentían ellos respecto a todo esto, si aún me veían como antes, o si la revelación de mi verdadera naturaleza había cambiado algo entre nosotros.
Los encontré en la cafetería, como siempre. Sophie, Mikel, Robert y Rashel estaban sentados en nuestra mesa habitual, charlando de manera relajada. Cuando me acerqué, las conversaciones se apagaron y me recibieron con miradas que intentaban ser normales, pero que no lograban ocultar la preocupación.
—Helena, ven, siéntate —dijo Sophie, sonriendo cálidamente mientras me hacía un lugar junto a ella.
Me senté en silencio, sintiendo la tensión en el aire. Quería decirles tantas cosas, pero no sabía por dónde empezar. Tomé un sorbo de mi café, tratando de ganar tiempo mientras reunía el valor para hablar.
—Chicos, hay algo de lo que necesito hablar —dije finalmente, mi voz sonó más firme de lo que esperaba.
Todos me miraron con atención, dejando de lado lo que estaban haciendo. Sabían que lo que estaba a punto de decir era importante.
—Sé que lo de la oficina de la directora se ha extendido por todo el instituto —empecé, bajando la mirada al suelo—. Y sé que ahora todos saben que soy... una híbrida. Pero lo que no sé es cómo se sienten ustedes respecto a todo esto.
Hubo un silencio incómodo, hasta que Mikel, con su habitual entusiasmo, rompió la tensión.
—Helena, eres nuestra amiga, eso no va a cambiar por nada del mundo —dijo con una sonrisa que intentaba ser tranquilizadora—. Si eres una híbrida, ¡eso solo te hace más genial!
Sophie asintió, tomando mi mano entre las suyas.
—Mikel tiene razón, Helena. No nos importa qué seas. Sigues siendo tú, y eso es lo que más nos importa —añadió, con su voz suave y reconfortante.
—Además, ahora que sabemos que eres una híbrida, podemos ayudarte a descubrir tus poderes y controlarlos —dijo Robert, su tono era más serio, pero cargado de apoyo—. No tienes que hacerlo sola.
Miré a mis amigos, sintiendo una oleada de gratitud. Sus palabras me hicieron darme cuenta de que, a pesar de todo, no estaba sola en esto. Tenía a personas que me apoyaban, que no me juzgaban, y eso era más de lo que podía haber pedido.
—Gracias, chicos. De verdad —respondí, mi voz estaba cargada de emoción—. Es que todo esto es tan nuevo, y no sé cómo manejarlo. Pero saber que están aquí conmigo... significa mucho.
Nos quedamos en silencio por un momento, disfrutando de la camaradería que compartíamos. Sin embargo, había una pregunta que me rondaba la cabeza, algo que no podía ignorar.
—¿Y ahora qué? —pregunté, rompiendo el silencio—. ¿Qué hago con todo esto? ¿Cómo puedo aprender a controlar lo que soy?
Rashel, quien había estado observando en silencio, habló por primera vez.
—Creo que lo primero es aceptar lo que eres, Helena. No es fácil, pero es el primer paso para controlar tus poderes —dijo, su tono era reflexivo—. Y en cuanto al control... bueno, creo que tienes a las mejores personas a tu alrededor para ayudarte en eso.
Asentí, sabiendo que tenía razón. Aceptar mi naturaleza era algo que debía hacer, pero también sabía que no sería un camino fácil. Tenía que enfrentar mi miedo, mi ira, y aprender a canalizar esa energía de una manera que no dañara a nadie, ni a mí misma.
De repente, un pensamiento cruzó mi mente, y no pude evitar sonreír.
—Entonces, ¿quién me va a entrenar? —pregunté, intentando aligerar un poco el ambiente—. ¿Se ofrecen como voluntarios?
Mikel se rió, alzando su mano dramáticamente.
—Yo me ofrezco, pero solo si prometes no explotar nada más a mi alrededor —dijo en tono de broma.
Todos reímos, y sentí cómo la tensión se disipaba lentamente. Aunque sabía que el camino por delante sería difícil, estaba segura de que con mis amigos a mi lado, podría superar cualquier cosa.
Nos quedamos en la cafetería un rato más, hablando y bromeando como siempre. A medida que la conversación fluía, me di cuenta de que, aunque había mucho que descubrir y enfrentar, tenía un apoyo incondicional, y eso era más que suficiente para seguir adelante.
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Instituto Bloodworth
ParanormalHelana llega a un instituto rodeado de misterios donde nada es lo que parece. Pronto descubre que las reglas son diferentes y que el peligro acecha en cada esquina. Una atracción inexplicable hacia una de sus profesoras la llevará a enfrentarse a se...