No podía esperar para reunirme con mis amigos después de clase. Tenía una idea que no podía sacarme de la cabeza y sabía que les encantaría. La emoción por la fiesta de otoño estaba en su punto máximo, y quería asegurarme de que nuestro grupo se destacara.
-¡Chicos, tengo una idea increíble para nuestra presentación! —dije, apenas podía contener mi entusiasmo mientras me sentaba junto a Sophie, Mikel, Robert y Rashel.
Todos me miraron, expectantes, esperando a que revelara mi plan.
—Vamos a disfrazarnos de los descendientes de Disney y vamos a cantar y bailar "Rotten to the Core" — anuncié, segura de que les encantaría.
Sophie fue la primera en reaccionar, con los ojos brillantes de emoción.
—¡Esa es una idea genial! — exclamó, saltando en su asiento—. ¡Nos veremos increíbles!.
—Me gusta mucho —añadió Robert, asintiendo con aprobación—. Va a ser una presentación épica.
Rashel sonrió de manera cómplice.
—Definitivamente va a dar de qué hablar, especialmente si lo hacemos bien.Pero Mikel, siempre el más práctico, se inclinó hacia adelante con un tono más serio.
—Tienen que asegurarse de que el equipo de Isabella no pueda superarlos —dijo, y todos asentimos. Sabíamos que Isabella no se quedaría de brazos cruzados si sentía que alguien podría opacarla.
Asentí, sintiendo la determinación crecer dentro de mí.
—No vamos a dejar que Isabella nos supere. Vamos a darlo todo —dije, con más firmeza de la que esperaba.
Pasamos el resto de la tarde planificando los disfraces y ensayando los pasos de baile. La tensión en el aire era palpable; todos sabíamos que el equipo de Isabella estaría haciendo lo mismo, y nadie quería perder.
Más tarde, me dirigí al salón de eventos para continuar con la decoración. Pensé que estaba sola, concentrada en lo que tenía que hacer, pero entonces escuché pasos acercándose por detrás. Me giré y ahí estaba Eva, entrando al salón con esa sonrisa que siempre lograba que mi corazón latiera más rápido.
—Helena, parece que estás muy ocupada—su voz suave me envió un escalofrío por la espalda.
Traté de mantenerme calmada mientras respondía.
—Sí, estoy tratando de que todo quede perfecto —dije, esforzándome por no mostrar lo nerviosa que me ponía su presencia.
Eva se acercó lentamente, sin apartar sus ojos de los míos. Sentí cómo mi respiración se aceleraba cuando se detuvo justo detrás de mí. Estaba tan cerca que podía sentir el calor de su cuerpo.
De repente, sus manos se deslizaron por mi cintura, y sentí que el aire se me escapaba. Un escalofrío recorrió mi cuerpo cuando Eva acercó su rostro a mi cuello. Podía sentir su respiración, su presencia envolviéndome. El contacto, su cercanía, todo era demasiado para procesarlo en ese momento. estaba excitada, y estaba segura de que ella también lo sabía.
—Mmm... hueles deliciosa, Helena - susurró Eva en mi oído, su aliento rozando mi piel. Sentí que mis labios se mordían solos, tratando de contener el suspiro que luchaba por salir.
El calor se acumulaba en mi cuerpo, y mi respiración se volvía más pesada y errática. La sensación de sus labios tan cerca de mi cuello me hacía perder el control.
Y entonces, sin previo aviso, sentí el suave roce de sus labios en mi cuello. Todo mi cuerpo se encendió, y por un momento, mi mente se quedó en blanco. No podía pensar en nada más que en el lugar donde sus labios habían tocado mi piel. Eva se apartó lentamente, y cuando giré la cabeza para mirarla, me encontré con su sonrisa traviesa antes de que se alejara.
—Nos vemos más tarde, Helena —dijo con una última mirada cargada de intención antes de salir del salón.
Me quedé quieta, tratando de recuperar la compostura y asimilar lo que acababa de ocurrir. Mi corazón latía con fuerza, y mi mente estaba en un torbellino de emociones. ¿Qué significaba todo esto? ¿Qué estaba haciendo Eva? Pasaron varios minutos antes de que pudiera moverme de nuevo.
Mi piel aún sentía el calor del beso de Eva, y la sensación persistente en mi cuello era un recordatorio constante de lo que había sucedido. Tomé una respiración profunda, intentando calmar mi acelerado pulso y aclarar mis pensamientos.
Finalmente, después de lo que parecieron horas, me obligué a continuar con la decoración, aunque mi mente seguía enredada en pensamientos sobre Eva y lo que podría significar ese encuentro. Había una atracción innegable, y ahora que ambas la habíamos reconocido, no podía evitar preguntarme qué pasaría después.
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Instituto Bloodworth
ParanormalHelana llega a un instituto rodeado de misterios donde nada es lo que parece. Pronto descubre que las reglas son diferentes y que el peligro acecha en cada esquina. Una atracción inexplicable hacia una de sus profesoras la llevará a enfrentarse a se...