Capítulo-7

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Después del enfrentamiento con Isabella en el comedor, el ambiente en el Instituto Boodmrth se vuelve aún más tenso. Las miradas que recibo al caminar por los pasillos son una mezcla de respeto y cautela. Sé que mi actitud no ha pasado desapercibida, y aunque mis amigos me apoyan, no puedo evitar sentir que algo está por suceder.

A medida que pasan los días, me concentro en mi rutina. Las clases, aunque exigentes, son una especie de refugio, una forma de mantener mi mente ocupada y alejada de los pensamientos sobre Isabella.

Un día, después de una agotadora clase de Ciencias, decido dirigirme a la piscina para mi primera sesión de natación como parte de mi actividad extracurricular. El agua siempre ha sido mi escape, y espero que sumergirme en la piscina me ayude a despejar mi mente.

Llego a la piscina y me detengo un momento para observar el lugar. Es una instalación impresionante, con agua cristalina y un ambiente que invita a la tranquilidad. Me cambio rápidamente en los vestuarios y me pongo un bikini de dos piezas, me dirijo al borde de la piscina. El lugar está desierto, lo que me da un poco de alivio. Necesito este tiempo a solas.

Me sumerjo en el agua, sintiendo el frescor envolver mi cuerpo. Comienzo a nadar, concentrándome en mi respiración y en el ritmo de mis brazadas. A medida que avanzo, siento que el peso de la tensión comienza a desvanecerse. El agua siempre ha sido mi refugio, y aquí, en esta piscina, me siento más en control que en cualquier otro lugar del instituto.

Después de unas cuantas vueltas, me detengo en el borde de la piscina para recuperar el aliento. Es entonces cuando noto una figura en la sombra, observándome desde la entrada.

—No esperaba encontrar a alguien aquí a esta hora —dice una voz que reconozco al instante.

Me giro rápidamente y veo a Eva Boodmrth de pie junto a la puerta. Su presencia, como siempre, es imponente, y su expresión es tan inescrutable como siempre. Siento un escalofrío recorrer mi espalda.

—Pensé que estaría sola —respondo, intentando mantener la compostura.

Eva camina lentamente hacia el borde de la piscina, su mirada fija en mí. Aunque intento no mostrarlo, siento mi corazón acelerarse.

—La natación es una buena elección, señorita Helena —dice, su tono es suave, pero hay algo en su voz que me pone nerviosa—. Es una actividad que requiere disciplina y concentración. Cualidades que espero ver reflejadas en otras áreas de su vida.

—Lo intentaré, profesora Boodmrth —respondo, tratando de sonar segura.

—Espero que lo haga —dice ella, con una ligera curva en sus labios que podría ser una sonrisa, aunque es difícil de decir—. Pero recuerde, en este instituto, todo lo que hace tiene consecuencias.

—Lo sé —respondo, sintiendo el peso de sus palabras.

Eva me observa un momento más antes de girar sobre sus talones y salir de la piscina sin decir una palabra más. Me quedo allí, con el agua hasta la cintura, sintiendo que el refugio que había encontrado en la piscina se ha desvanecido con su presencia.

Después de esa inesperada interacción, salgo de la piscina y me cambio rápidamente, mi mente todavía dándole vueltas a lo que acaba de ocurrir. ¿Por qué estaba allí? ¿Estaba vigilándome o fue una simple coincidencia? Sea cual sea la respuesta, no puedo evitar sentir que hay más en Eva Boodmrth de lo que aparenta.

Esa noche, durante la cena, le cuento a Sophie y a los demás lo que sucedió en la piscina.

—¿Te la encontraste allí? —pregunta Sophie, con una mezcla de sorpresa y preocupación—. Eso es... extraño.

—Sí, lo sé —respondo—. No sé qué quería, pero me dejó claro que todo lo que hago tiene consecuencias.

—Esa es la forma en que siempre habla —dice Robert—. Como si todo fuera un juego de ajedrez y ella siempre estuviera tres jugadas por delante.

—Tendrás que tener cuidado, Helena —añade Mikel—. No sabemos qué está planeando, pero lo mejor es no darle ninguna razón para meterse contigo.

—Lo tendré en cuenta —respondo, aunque por dentro siento que no importa lo que haga, Eva siempre encontrará la manera de estar un paso por delante.

El resto de la cena transcurre sin incidentes, pero la presencia de Eva en la piscina sigue rondando mi mente. Después de cenar, decido dar un paseo por los terrenos del instituto para despejarme. Mis amigos se despiden, recordándome que nos veremos mañana.

Mientras camino por los jardines, mis pensamientos vuelven a Isabella. No he tenido más enfrentamientos con ella desde el incidente en el comedor, pero sé que no ha olvidado lo que pasó. Las miradas que me lanza cuando nos cruzamos en los pasillos lo dicen todo.

Finalmente, decido regresar a mi habitación. La noche ha caído, y el instituto, con sus sombras y susurros, se siente más misterioso que nunca. Mientras cierro la puerta detrás de mí, no puedo evitar sentir que algo se está gestando en el Instituto Boodmrth, algo que va más allá de los enfrentamientos con Isabella o las advertencias de Eva.

Y sé que, de alguna manera, estoy en el centro de todo.

Instituto BloodworthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora