Capítulo 47

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Habían pasado unos cuantos días desde que Duncan y yo habíamos follado en innumerables ocasiones. Duncan se mostraba conmigo mucho más cariñoso, me trataba prácticamente cómo a su novia, y eso me daba un poco de miedo.

No sabía si estábamos en el mismo punto. Yo lo amaba con toda mi alma y estaba 100% segura que quería pasar mi vida con él.

— ¿En qué piensas?

La voz de Sophia me sacó de mis pensamientos.

Sophia y yo habíamos hablado extensamente de Duncan, y había decidido contarle toda la verdad.

— Duncan y yo nos hemos acostado, Soph. Tengo miedo ¿sabes?

— ¿Qué, por qué? —preguntó poniendo su mano sobre la mía.

— No sé si él siente lo mismo que yo, quizá sea solo un calentón —dije, mis ojos empezaban a aguarse.— No quiero que me vea como una cualquiera.

— Oh, Rosie, mi hermano te quiere, estoy segura de ello. ¿Has hablado de esto con él?

Negué secándome las lágrimas con las manos.

— Pues deberías, ambos os entendéis, sois uno para el otro, estoy segura que él te quiere mogollón.

— Tengo mucho miedo, ¿y si es que no? ¿Y si se enamora de otra chica? —estaba entrando en pánico.— No lo soportaría.— sollocé. Sus brazos me envolvieron en un abrazo fuerte y suspiró.

— Confía en él, Rosie, y habla con él, él te dirá la verdad.

— ¿Qué verdad?.— la voz de Duncan resonó en la cocina y jadee sorprendida. Sus ojos se dirigieron a mi cara llena de lágrimas y frunció el ceño.— Rosie, ¿qué pasa?

— Os dejaré solos ¿bien?.— me miró y asentí. Se levantó de su asiento y le dio un beso en la mejilla a Duncan.— Te quiero.

El cuerpo de Sophia desapareció por la puerta y Duncan se acercó a mi.

— Necesito que me digas qué pasa.— dijo suavemente, sus manos cogieron mis mejillas mojadas y fue quitando lágrima a lágrima.

— Tengo miedo, Duncan.

— ¿Por qué? ¿Alguien quiere hacerte daño? ¿Miedo de qué?

Vacilé antes de contestar.

— De nosotros.— susurré avergonzada.

— Necesito que me hables más claro, bonita.

— Ya sabes que tu y yo antes del accidente... éramos pareja.— él asintió.— No sé si recuerdas todo al 100% o pequeñas cosas, más allá de lo que yo te haya contado.

— Recuerdo muchas cosas, Rosie.— él beso una de mis manos.— Recuerdo que te salvé de un monstruo, recuerdo que estuviste muy malita conmigo, recuerdo que me enamoré de ti, recuerdo tus besos, tus caricias, recuerdo tus visitas en el hospital, recuerdo la cara tan bonita con la que despertabas cada mañana... Recuerdo muchas cosas Rosie, y aunque no recuerde, quiero construir nuevos recuerdos contigo.

Sollocé al oír sus palabras y suspiré tratando de calmarme.

— Te-Tengo miedo de que me veas como una chica más, que... no me quieras como yo te quiero a ti, tengo miedo de...

— De que te abandone.— terminó de decir por mi , y asentí mirando mis manos.

— No creo poder soportar perderte otra vez, Duncan.

— Escúchame, y mírame.— dijo, levanté la mirada a sus ojos y me mostró una sonrisa tranquilizadora.— Te quiero, eres la mujer más hermosa que han visto mis ojos. No me vas a perder jamás, quiero seguir construyendo recuerdos contigo, y quiero pasar el resto de mi vida contigo. No creo ni quiero otra mujer, te quiero a ti, y solo a ti, que te quede claro.

Sonreí absorbiendo mi nariz y me lancé a sus brazos.

— Te quiero, te quiero, te quiero —susurré apretándolo contra mi.

Sus brazos me envolvieron y lo sentí reír. La vida me sonreía por fin, Duncan me quiere, Duncan por fin me recordaba. No podía ser más feliz.

— Yo si que te quiero, hermosa.

Maltratada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora