Capítulo 39

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—Me bañó, Luisa.

— ¿Duncan te bañó?

Sus ojos salían de sus órbitas por la impresión.

—Sí.

— ¿Pero, no hizo nada? ¿No dijo nada ante eso?

—Él mismo se ofreció, quería bañarme sola pero tuve un pequeño accidente y caí al suelo, él me encontró y me bañó.

Su cara era todo un poema.

—Lo besé —dije mordiéndome el labio. Su boca se abrió en mi dirección dejando caer el tenedor que tenía en sus manos.

—Me voy dos días, y suceden cosas que... ¡Rosie, por dios! —rió Luisa.

—Luisa ni se te ocurra decírselo a nadie eh.

—Prometido —susurró haciendo una señal de silencio. Unos pasos se escucharon cerca y ella se giró sonriendo mientras seguía haciendo la comida.

—Hola Luisa, no sabía que estarías aquí —dijo Duncan apareciendo por la cocina.

—Hijo, es que echaba de menos a Rosie. Estoy acostumbrada a tenerla conmigo y estar dos días sin ella me pesaba.

—Que bonita eres —dije sonriéndole ante sus palabras. Luisa siempre es un encanto conmigo, y cada día lo demostraba.

— ¿Cómo estás? —preguntó Duncan acariciando mi rodilla.

—Estoy bien, gracias. ¿Y tú?

—Muy bien, me preguntaba si querías que cenásemos esta noche juntos —dijo sonriendo.

—Oh, claro —contesté. Vi a Luisa sonreír disimuladamente y sacudí la cabeza. Duncan empezó a ayudar a Luisa en la cocina mientras hablaban de temas triviales.

(...)

Al cabo de unas semanas me quitaron la escayola y pude volver a medio andar, porque a veces me dolía ligeramente. Duncan seguía metido en casa, y aunque nuestra relación no era la de antes, todo era muy cordial y afectivo. Su compañía me agradaba bastante.

Respecto a su familia, Sophia me llamaba algunos días para saber de él, Justin era informado por Sophia, y su madre... En fin, ni me importaba.

Mis sospechas sobre Larry habían disminuido debido a que no había vuelto a mandar mensajes, ni notas, ni nada extraño.

Luisa se había mudado a su casa ya que Duncan se había mudado a mi apartamento, y Luisa venía a poco y nada porque entre Duncan y yo hacíamos todo. Por otro lado, Duncan no había respondido las llamadas de su familia, seguían informados simplemente por mi, y eso él no lo sabía.

—Ey, dormilona —el cuerpo pesado de Duncan se tiró al lado mío de la cama.

—Estoy despierta —dije abriendo un ojo y mirándolo.

—Son las doce de la mañana, y tú móvil no para de sonar —dijo quitando los mechones de pelo que caían en mi cara. Fruncí el ceño y me levanté buscando mi móvil con la mirada. Todos eran llamadas de Chloe, mensajes de Justin y de Sophia.

Abrí primero el de Justin.

"Rosie estamos en el hospital, Chloe ha tenido un pequeño accidente y está ingresada en el hospital del centro" ✔️✔️

Mi boca se abrió y el móvil cayó de mis manos. Oh Dios mío, Delia...

—¿Qué ha pasado, Rosie? —preguntó Duncan yendo a mi lado y cogiéndome las manos entre las suyas.

—Chloe, está en el... hosp-pital.

Odiaba los hospitales después de todo.

—Ven vamos, iremos allí ¿vale? Levanta que te ayudo, venga —dijo levantándome mientras tiraba de mi brazo suavemente.

Cogí unos leggins y una sudadera a la vez que él iba a su habitación a buscar ropa en su armario para él.

Estaba segura que Larry estaba por aquí.

Maltratada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora