Habían pasado unas semanas desde que Duncan había regresado a su casa con apoyo médico a domicilio. Creo que no es difícil adivinar con quien se estaba quedando.
Sí, con su madre, en su maldita mansión. Sophia había venido a verme varias veces a mi apartamento, sí, Justin y Sophia me habían ayudado a rentar un apartamento cerca de la editorial. Su madre no iba a permitir que siguiese en casa de Duncan, y menos sin estar él presente.
Por mi parte, había decidido alejarme, no quería causar más daños. Me dolía muchísimo el hecho de pensar que estaba con esa arpía, que seguramente le estaba metiendo mentiras en su cabeza, sólo para que me olvide.
Luisa se había quedado conmigo en el apartamento, ya que la señora Hamilton no la quería cerca de ellos. Ambas estábamos en mi apartamento, aunque ella sólo venía los fines de semana.
—Rosie —la voz de Luisa me sacó de mis pensamientos. Dejé de mirar a la calle y me giré para encararla.
—¿Si?
—Sophia ha venido a verte, junto con Justin.
—Ya voy.
Ella asintió mirando mi aspecto y se fue de la habitación. Esa era otra, mi aspecto era de pena. Estaba mucho más delgada y apenas dormía sin que Larry atormentase mis sueños. Intentaba estar lo más higiénica posible pero no tenía ganas de nada.
Me vestí con lo más cómodo que pillé y me hice un moño alto. Me lavé la cara tratando de disimular las ojeras y salí de la habitación. Sophia estaba mirando el apartamento, el polvo que había seguramente. Justin, por su parte, se encontraba atento a su móvil.
—Hola —dije acercándome a ellos. Sophia dirigió su mirada hacia mi y abrió la boca de la impresión. Ella llevaba sin verme desde aquel día que firmamos lo del apartamento, y eso fue un día después del accidente.
—Rosie... ¿qué te ha pasado?
—Nada. ¿Qué deseáis? —ignoré su pregunta.
—Queríamos ver como estabas, y hablar del puesto en la editorial. Eres una de las mejores y llevamos tiempo sin ti, ahora podrías reincorporarte —habló Justin.
—Dudo que esté en condiciones de trabajar —murmuró Sophia.
—Te lo agradezco mucho Justin, estaré encantada de volver. Me servirá como vía de escapa de todo —dije.
—Perfecto, pues mañana a las 9:00 am —dijo Justin con una sonrisa.
—Duncan esta mal —habló Sophia mirándome fijamente. Dirigí mi mirada a ella y sentí mis ojos aguarse.
—Ya os dije que me iba a mantener al margen, no le hago bien, no soy buena para él.
—Está sufriendo, mi madre no para de preguntarle cosas y cosas, y de contarle cosas que su cabeza no quiere asimilar aún. Está pasándolo verdaderamente mal.
Suspiré hondo tratando de calmarme.
—Sophia, está todo dicho ¿si? Bastante tiene con ella como para tener que lidiar conmigo, lo último que quiero es qu-
—¡No lo entiendes! ¡Necesita verte para recordarte, Rosie!
—¡Él necesita estar solo y recordar lo que sea necesario! Me niego a ser la que lo fuerce a reconocerme.
Justin miró a Sophia y ella negó con los ojos llenos de lágrimas. Estaba sufriendo al igual que yo, pero no podía ayudarla en esto. No cuando el afectado era Duncan.
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Maltratada
RomanceRosie Scott es una mujer de 23 años, la cuál se muda de la casa de sus padres. Ella puede con todo y contra todo. Menos con Larry, su novio desde hace 5 años. Ella sufre constante maltrato tanto psicológico cómo físico por parte de Larry. Duncan Ha...