—El auto salió sin prestar ayuda, era un Ford Mustang GT Bullitt...
El conductor del taxi estaba declarando ante los policías que habían venido debido al accidente de Duncan. La ambulancia y los médicos estaban atendiéndolo mientras él continuaba en el suelo, pero ahora en una especie de camilla que le sujetaba la cabeza.
—Señorita, necesitamos hacerle unas preguntas.
Una mujer vestida de policía me sacó de mis pensamientos. Asentí sorbiendo mi nariz y ella sacó un bolígrafo de su bolsillo.
—Nombre, apellidos y edad.
—Rosie Scott, 23 años.
—¿De que conoce al señor Duncan Hamilton?
—Es mi novio.
—¿A donde se dirigían?
—Teníamos un viaje é íbamos al aeropuerto.
—¿Por qué usted salió antes que el señor Hamilton?
—Duncan me dijo que bajase mi maleta y lo esperé dentro del coche, cuando todo ocurrió él ya estaba ahí y no pude ver nada.
—Bien, facilíteme un número de teléfono para tenerla al día sobre el caso. Abriremos un expediente ya que se trata de algo grave. Muchas gracias por su colaboración, señorita Scott.
—022981945, a usted.
La agente se fue al coche patrulla a la vez que la ambulancia cerraba sus puertas. El paramédico me miró esperando que subiese junto a Duncan y no me lo pensé dos veces. Me senté en una silla que iba en la ambulancia al lado del medico que le ponía cables y cables a Duncan.
—¿En que estado se encuentra?
—No le voy a mentir, ha sido un golpe duro y grave. Posiblemente tenga un traumatismo craneoencefalico, y alguna fractura o hueso roto. El médico del hospital le informará mejor.
—Dios Mío —susurré con la voz ahogada. Mi mano cogió la de Duncan y mis labios temblaron.
—Tranquilícese, estoy seguro de que su chico no querría verla así.
—Es que... hoy nos íbamos de vacaciones. Había ganado un juicio de maltrato contra mi ex pareja, y después de luchar, esto... es horrible lo que les pasa a las personas buenas.
—Tiene toda la razón, señorita. Piense que todo pasa por algo, después de la tormenta viene la calma ¿no?
Asentí sin decir nada y en menos de diez minutos ya estábamos en el hospital. Bajaron a Duncan y lo llevaron a urgencias.
—¡Hombre joven, 25 años, posible traumatismo cráneoencefalico grave!
Un par de médicos introdujeron la camilla con Duncan por un pasillo. Me senté en una silla de la sala de espera mientras enviaba mensajes a la familia de Duncan para que viniese. Era mala idea, pero al fin y al cabo, era su familia.
Al cabo de unas dos horas salió una enfermera de cabello pelirrojo y complexión delgada. Iba con una pequeña carpeta en la mano y aparentemente se notaba que cansada.
—¿Familiares de Duncan Hamilton?
—¡Nosotros! —gritó la madre de Duncan. Me levanté quedándome atrás mientras la enfermera les informaba del estado de Duncan. Vittoria se encontraba al lado de su padre mientras escuchaban atentamente a la enfermera. Una vez, terminaron de hablar, Vittoria se acercó a mi suspirando.
—Está estable, tiene un traumatismo cráneoencefalico, una pierna rota y una fractura en la muñeca. Posiblemente tenga que quedarse un tiempo en reposo. Mamá ha dicho que ellos se irán a Milán ya que tienen que trabajar.
—¿Puedo entrar a verle?
Vittoria asintió.
—Si, espera a que ellos se vayan, mi madre últimamente le encantan los escándalos.
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Maltratada
RomanceRosie Scott es una mujer de 23 años, la cuál se muda de la casa de sus padres. Ella puede con todo y contra todo. Menos con Larry, su novio desde hace 5 años. Ella sufre constante maltrato tanto psicológico cómo físico por parte de Larry. Duncan Ha...