1.- Las aguas del engaño

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El crepúsculo se cernía sobre Fontaine, reflejando tonos dorados y azules en las aguas cristalinas que recorrían la ciudad. En la cima de la Ópera Epiclese, Furina observaba el horizonte, su mente ocupada en pensamientos que pocos podrían comprender. Aunque era vista como la Arconte Hydro, ella sabía que su verdadera identidad era mucho más frágil.

-Este juego... -murmuró para sí misma, apretando los labios-. ¿Cuánto tiempo más podré mantener esta farsa?

A su alrededor, las luces de Fontaine comenzaban a encenderse, marcando el inicio de otra noche donde la justicia debía ser servida. Sin embargo, Furina no podía evitar sentir la presión que aumentaba con cada juicio, con cada mirada de los ciudadanos que confiaban en ella.

-¿Es realmente esto lo que Focalors pretendía? -susurró, su voz llena de incertidumbre.

Mientras tanto, en las oscuras calles de Fontaine, una figura vestida de negro se movía con sigilo. Arlecchino, la temida Heraldo de los Fatui, había llegado a la ciudad con un propósito claro, aunque no estaba dispuesta a revelarlo aún. Sus pasos eran ligeros, casi imperceptibles, mientras se dirigía hacia el centro de la ciudad, donde sabía que encontraría lo que buscaba.

-Fontaine... -dijo con una sonrisa irónica-. Este lugar es tan hermoso como frágil.

Su mirada se fijó en una taberna cercana, donde dos figuras familiares discutían en voz baja. Lyney y Lynette, sus hijos adoptivos, esperaban dentro, aparentemente relajados, pero Arlecchino conocía mejor que nadie sus corazones inquietos.

-Padre -dijo Lyney al verla entrar-. Todo está listo.

Arlecchino asintió, observando a sus hijos con una mezcla de orgullo y frialdad.

-Bien. Pero recuerda, esta vez, no estamos aquí para jugar, sino para ganar.

Lynette, siempre más callada, simplemente asintió, sus ojos reflejando la determinación que compartía con su hermano.

[...]

De regreso en la Ópera Epiclese, Furina finalmente se apartó de la ventana, su expresión endureciéndose. Sabía que Arlecchino había llegado a Fontaine, y aunque los Fatui no eran bienvenidos, algo en su interior la empujaba a descubrir qué buscaban realmente.

-No puedo permitir que Fontaine caiga en sus manos, -se dijo a sí misma, su voz llena de resolución.

Sin embargo, mientras se preparaba para enfrentarse a la Heraldo, Furina no podía evitar sentir una inquietud creciente, un temor que nacía de la incertidumbre sobre su propio destino y el papel que debía desempeñar en el gran esquema de las cosas.

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Capitulo cortito y chiquito únicamente para probar uwu
Necesario tomar en cuenta que hace muchísimo tiempo que terminé la historia de Fontaine, entonces me tomaré algunas libertades creativas cuando no recuerde algo! Espero lo entiendan <3

Si estás leyendo esto, muchas gracias por tomarte el tiempo 💜❤️

Sombras y aguas profundas | ArlefuriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora