🐉 CAPITULO: 13🐉

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"Cuando tu capital humano disminuye y tu carga de trabajo aumenta, comienzas a aborrecer realmente las muertes de tus subordinados, ya sea en batalla o por enfermedad, e incluso sus heridas".  -De la Saga de Tanya la Malvada Vol. 5

Harwin amaba a Rhaenyra. A diferencia de cualquier otra dama noble, ella era salvaje, vivaz y realmente vivía el deseo de su corazón. Cada día con ella era una nueva aventura. Cada noche una nueva experiencia. Harwin estaba embelesado, no solo por su belleza, sino por la forma en que ella eligió abrazar sus placeres. Estaba más que feliz de haber engendrado tres niños fuertes, si tan solo pudiera reclamarlos abiertamente como suyos.

Rhaenyra había hablado de hacerlo en el futuro, después de haber sido coronada y haber ocupado el trono, pero Harwin pensó que era una tontería. Si bien le encantaría ser abiertamente su padre, sabía que hacerlo los pondría en peligro. Ese era el gran arrepentimiento que tenía de amar y estar con Rhaenyra, el peligro que causaba a Rhaenyra, a sus hijos y a su propia familia.

El viaje de regreso a Harrenhal con su padre no fue del todo agradable. Amaba a su padre y disfrutaba pasar tiempo con él, pero estaba claro que su padre actuaba actualmente como "Lyonel Strong, Mano del Rey" en lugar de solo como su padre. Quedó claro que el hecho de que Harwin siguiera pasando tiempo con Rhaenyra era lo opuesto a lo que se deseaba cuando le dijeron que se casara.

"Hijo mío, no eres estúpido, conoces los rumores sobre los chicos y su ascendencia. ¿Por qué empeorar las cosas siendo visto continuamente por Rhaenyra?"

"Soy su escudo jurado".

"Un deber del que fuiste formalmente liberado".

"Nadie puede protegerla mejor que yo".

"Tonterías, Harwin, mírame. Ahora tienes una esposa; deberías quedarte en Harrenhal y estar allí para ella y tu hijo".

Harwin se pellizcó el puente de la nariz y luego miró el rostro brusco de su padre.

—Padre, no puedo alejarme de ella. Cumpliré con mi deber con Lyra, pero no abandonaré a Rhaenyra.

—No soy ciego. No puedo permitirme serlo. No solo arriesgas tu vida, sino a toda nuestra familia. ¿Qué crees que haría Laenor si se enterara?

A pesar de su esfuerzo, el rostro de Harwin debió mostrar cierta diversión. Lyonel agarró las riendas de su caballo y juntó a sus monturas.

—Escúchame. —Su voz estaba enojada, pero teñida de miedo—. Puedes pensar que Laenor es todo modales cortesanos y gracias sociales gentiles. Lleva bien esa máscara. Pero harías bien en recordar que su tío abuelo era Maegor el Cruel. Y detrás de esa máscara de cortesía se esconde un monstruo al que no deberías provocar.¿Sabías que a lo largo de las Marcas Dornienses ha habido más paz y tranquilidad que nunca en la memoria viva?

—¿Qué tiene eso que ver con Laenor? —preguntó Harwin confundido por el abrupto cambio de tema.

—Los Martell están aterrorizados por Laenor y Seasmoke. No has leído los informes que recibí sobre la lucha en los Peldaños de Piedra. Miles de muertos, la Triarquía acobardada y la flota dorniense devastada. Era una pesadilla imparable que cazaba y quemaba día y noche. Niño de los Siete Infiernos, los dornienses desafiaron al mismísimo Conquistador y ahora son ratas asustadas ante el terror que es Laenor 'La Tormenta Oscura de Driftmark' Velaryon. ¿Y tú eliges darle cuernos a un hombre así?

Harwin suspiró. —Padre, no diré cosas que he jurado mantener en secreto, pero no temo a Laenor. —Su

padre lo miró asombrado y luego hizo una mueca—. Que los dioses sean buenos, él ya lo sabe. Los rumores sobre sus 'preferencias' son ciertos entonces. —Soltó una risa amarga. —Todos ustedes bailan al son de la hermosa melodía de Rhaenyra, ¿no? Estoy perdiendo el tiempo.

 ✨✨La inevitable danza de los dragones de una joven.✨✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora