Shely
Me levanté de la cama sin ánimos. La habitación se encontraba a oscuras, el frío de la mañana se colaba entre las cortinas de la ventana, el silencio resultaba cómodamente presente, la calidez de la cama casi me hace replantear si volver a ella o no. Ahí estaba Emer, revuelto bajo las sábanas con la respiración calmada y el sueño profundo.
Sonreí como tonta al verlo tan indefenso. Era la primera vez que amanecía a su lado, y descubrí lo mucho que me gustaba. Aún estaba desnudo, tumbado boca arriba. Seguro se despierta tarde, después de todo el ejercicio que tuvimos anoche lo agotó tanto que calló dormido en un segundo. Realmente demostró que si estaba a la altura. (Me aclaro la garganta). Supongo que no debí decirle eso anoche, ya que el muy testarudo se lo tomó como un reto.
Bueno, no me quedaron quejas de ello.
Me metí a la ducha, dejando caer el agua fría por todo mi cuerpo, como si de verdad pudiera generarme frío o calor algún tipo de temperatura tan común de esas. Decidí recogerme las púas y me vestí adecuadamente para volver a la base. El trabajo que odio con mi vida. Un traje de cuero y botas con una chaqueta. El especial para resguardar las armas sin notarse. Tomé las llaves del departamento junto a las de la moto, y antes de salir observé una vez más a Rose dormir.
Por un breve momento, quise besarlo, pero lo despertaría y seguro que me obliga a quedarme con él otro rato, y bien sabía yo que si eso pasaba, lo obedeceria por completo. Al final salí sin hacer un solo ruido.
El camino fué tan rápido como podía permitirme al manejar estando sola. Me gusta la alta velocidad, esa descarga de adrenalina y viento contra mi cara mientras el sol comienza a ser más notable, es perfecto. Lástima que no fuera para siempre. Siempre dejaba de serlo al volver a ese lugar de infierno lleno de inútiles inservibles. Idiotas que son todos.
En el estacionamiento ya se encontraban varios autos, algunos acababan de llegar, otros a puntos de marcharse debido al cambio de turno. Menos mal nunca han podido obligarme a cumplir turnos ridículos, más que para las misiones especiales. Sino, creo que no lo fuera tolerado.
Caminé al interior con mi típica mirada capaz de asesinar dioses y atravesar las pirámides de Egipto. Creo que lo único que alegraba un poco mi mañana, es recordar a Emer sobre la cama roncando durante la noche. No eran ronquidos molestos, pero se me hizo gracia escucharlo. Fué extraño para mí, jamás me había parecido agradable ver a alguien dormir.
Lo llamaría al medio día para saber de él.
Sacudí la cabeza, debía centrarme y dejar de pensar tanto en él. Habían más cosas importantes: el asunto del príncipe Blake, los ataques robóticos, ir a medio matar al comandante por encomendar a un idiota a seguirme...
Cosas importantes.
Entré de un portazo al interior de la sala en el primer piso. Todos voltearon a verme y enseguida apartaron las miradas, asustados. Menos mal, que así se mantengan. Inútiles.
Toqué solo una vez la puerta antes de entrar a la oficina del director, se encontraba sentado frente al escritorio sujetando una carpeta con papeles. A pesar que mantenía ese aire duro de "tu vida me importa una mierda", daba mejor impresión que el anterior, que parecía más un mafioso de mala influencia raptor de vidas y traficante de órganos. No, no lo exagero. Enserio lo parecía.
–Agente Shely –Saludó con una enorme sonrisa. Yo no tenía motivos para reírme– adelante, puede tomar asiento.
–Así está bien –dije tajante. Él ni se inmutó. Sabía el motivo de mi visita así que no tenía porqué darle tanta vuelta al asunto– ayer he recibido un imprevisto informe.
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En tu mirada rubí
FanficUn universo diferente al que conocemos, con nuestros personajes favoritos de Sonic en géneros invertidos. Vivirán entre historias de romance, lucha y diversión donde la amistad pasará los límites acordados al amor. ¿Será Shely capaz de aceptar un nu...