Cap 14: Armoniosa calma

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Shely

En mi vida pocas veces llegué a besar a alguien.

A pesar de compartir muchos momentos íntimos con muchos hombres, que me besaran me parecía tan desagradable como fuera de lugar. Compartir lazos y cualquier otro tipo de acercamiento me causaba dolor de cabeza junto a un desagradable malestar en los huesos.

Así que siempre me dije que aquellas juntas amorosas no eran lo mío, y realmente no me importaba. Nunca necesité a ningún fastidioso sobre mí, enviando mensajes, llamando, invitandome a salir, exigiendo saber de mi vida, siendo cursi o amable. Hasta me río de Roger cuándo lo noto muy empalagoso con Kani que nunca se da cuenta de sus intenciones y lo ignora como siempre.

Pues ahora todo eso dió un giro total.

Primero, ayer estuve casi ansiosa de hablarle a ese tonto erizo rosado por teléfono que hasta conseguí el número. Sentía que quería verlo sin saber muy bien la razón, ambos estuvimos a solas viendo una película, me sentí cómoda junto a él, dejé que me acariciara todo lo que quisiera, y finalmente...me dejé besar sin ninguna queja.

Todo lo demás...pues si resultó un poco desastroso.

Sin embargo aún sentía aquel beso del mueble sobre mí.

Y yo que pensaba que era un erizo tímido y bobo, resultó ser lo contrario.

La forma en que me acarició con las manos... que casi me devora el cuello, que después actuó desesperado por besarme hasta que lo hizo... maldición, se sintió demasiado bien. DEMASIADO.

Es como si supiera justo donde tocarme para hacerme perder la mente de este planeta dejándome embobada. Ya no sabía cómo reaccionar.

Admito que...me gusta todo lo que hace conmigo.

Son sensaciones nuevas para mí, pero que quisiera seguir sintiendo toda la vida. Sentir esas manos recorrerme el cuerpo, tocarme y apretarme dónde mi piel lo necesita, verlo desesperado por ir más allá y perder el control de sí mismo, con la respiración acelerada, los ojos ardiendo en deseo y la cara roja casi en llamas.

Es como ver un cuadro perfecto tras uno muy desastroso.

Lamentablemente el momento se rompió por culpa del maldito aparato en mi espalda.

Todo se jodió después.

Tras haberme retorcido sobre el mueble, quedarme medio desnuda y vaciar un recipiente de refresco sobre mí y darme cuenta que Emer solo me miraba como si quisiera comerme y no ayudarme o si quiera sentir pena, me molestó de una manera casi decepcionante.

¿De verdad no pensó ni un momento que la estaba pasando mal?

El dolor había sido horrible. Y eso que pocas cosas me hacen estar mal, muy pocas. Era como si me pegaran una barra de metal caliente en la espalda junto a latigazos en la columna. Dolió muchísimo.

Voy a matar a esa bruja doctora loca. Lo juro.

Pero primero, necesito pensar en algo que me diga como apartar a Emer sobre mí y no quedarme como estúpida cada vez que me besa.

Hace unos segundos intenté marcharme molesta, ahora me encontraba entre la puerta y el cuerpo del rosado contra mí.

Y de nuevo besándonos.

Intenté resistirme pero no tardé mucho en corresponder el beso aunque no moví ni un músculo para tocarlo. Lo cuál descubrí qué es difícil.

Que patético caes Shely. Nada más te toca y te vuelves gelatina.

En tu mirada rubí Donde viven las historias. Descúbrelo ahora