La villa de Mina Negra se había derrumbado en apenas un instante. Había sido durante el celo,
cuando las parejas estaban demasiado ocupadas para darse cuenta de lo que sucedía, hasta que fue demasiado tarde.Según los que habían conseguido salvarse, más de sesenta alfas y omegas habían muerto enterrados en escombros. Todavía seguían excavando en busca de supervivientes, pero lo único que encontraban eran cadáveres. Aunque los animanos hubieran conseguido evitar morir en un primer instante, habían quedado sepultados tras tal cantidad de piedra y tierra que se habían quedado sin oxígeno, muriendo asfixiados antes de que pudieran rescatarlos.
Muchos de ellos, los cadáveres que conseguían sacar a la superficie, tenían las garras ensangrentadas de intentar abrirse paso cavando.
Ni siquiera los mustélidos y roedores lo habían conseguido. Mina Negra era una villa en lo más profundo de la montaña y había sido imposible escapar.
Miraba la larga fila de muertos, cubiertos con las finas telas negras de las Má mientras Teján Tomá, la aprendiz de la chamana de Cauce Rápido, los rociaba con aceites y murmuraba una letanía.
Algo dentro de mí ardía. Gran parte de ese sentimiento era puro odio y rabia, pero también culpabilidad. Sabía que sin nosotros, sin Yeonjun y sin mí, quizá más villas hubieran sido atacadas; pero eso no me hacía sentir mucho mejor por lo que había pasado en Mina Negra.
—Topa Má necesita que vayas a buscar algo al Pinar, Beomgyu—dijo una voz an mis espaldas, interrumpiendo por un momento mis pensamientos.
Al girarme, vi a una omega ratón de metro cincuenta y larga cola rosada. No conocía su nombre, pero trabajaba en el hospital de campaña que las Má habían levantado a los pies de la gruta.
—Claro, ¿qué necesita?
—Láudano y hojas de roble.
Asentí y, sin más, salí corriendo ladera abajo. No estaba en mi carácter quedarme sentado y esperando. Nada más alcanzar la villa, me había unido a los grupos de ayuda, junto a alfas y omegas de todos los rincones de Cauce Rápido, así como de las comarcas circundantes. Mi idea había sido ayudar a excavar o quizá cargar las provisiones y víveres que no dejaban de llegar; pero Capri, que también estaba allí, había preferido incluirme en los equipos de comunicación, por llamarlos de alguna forma.
—Eres de los omegas más rápidos, Beomgyu—me había dicho de forma apurada, sin siquiera levantar los ojos del mapa que el alcalde Raccon y él miraban sin pestañear. El alcalde Tup del Abrevadero también estaba allí, pero al ser ciego se limitaba a quedarse escuchando— , necesito que atiendas a las Má por si necesitan que vayas a buscar algo.
—Sí, señor —había respondido de forma automática, asintiendo como un militar antes de darme la vuelta y marchar con paso firme para cumplir mi misión.
Como los alcaldes, las Má de los alrededores también se habían reunido en Mina Negra. Ellas y sus aprendices habían llegado como sombras de suntuosas alhajas y colgantes para atender a los
heridos. Si la situación hubiera sido otra, casi hubiera resultado cómico ver a las chamanas juntas, como una hermandad de monjas vestidas de negro; cada una más excéntrica que la anterior.Topa Má se movía entre las camas de los heridos con las manos extendidas y las dramáticas zancadas que tanto la caracterizaban. Incluso ciega, nunca se chocaba con nada ni nadie, y sus manos de larguísimas uñas parecían conocer los males de cualquier enfermo con solo posarlas sobre su piel.
Después estaba Espina Má, sentada en una esquina mientras observaba un cuenco de agua y aspiraba los humos de la docena de inciensos que tenía prendidos a su alrededor. A veces, en mitad de aquel trance de letanías susurradas, se detenía para mirar el techo de la tienda con sus ojos en blanco y jadear un par de palabras. Un omega sentado a su lado las oía con atención y salía corriendo a decirles a los alfas dónde excavar. Ya habían rescatado a una docena de animanos, muertos y vivos gracias a Espina Má y sus visiones.
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Un omega diferente
FanfictionBeomgyu es un omega diferente puesto que jamás había tenido la oportunidad de interactuar con los de su clase, pero una misión de emergencia hace que todo cambie Adaptación