—Con... con la boca —repetí, solo para asegurarme de que lo hubiera escuchado bien.
—Sí, Mentita —afirmó él—. Te abren bien el culo y empiezan... —entonces hizo como un sonido de lametazos y sorción y, al final, incluso llego a relamerse antes de mirarme de nuevo—. Hasta dejarte muy, muy limpio. Los vuelve locos...
Sinceramente, nunca me consideré un hombre impresionable ni, mucho menos, ningún santurrón con respecto al sexo; pero he de reconocer que en ese momento sí estaba algo impactado por lo que oía.
—Pero... ¿hablas de toda la lubricación?
—Toda —asintió sin ninguna duda—. Y cuanta más, mejor.
—¿Y eso les excita? Lamer todo eso, digo, o es algo que hacen por obligación.
Kai volvió a reírse, llenando aquella parte del bosque con su risa cantarina y musical.
—En serio, Mentita... —murmuró, muy divertido por mi completa ignorancia sobre el tema—. ¡Claro que les excita! Te he dicho que se vuelven completamente locos.
—¿Y lo hacen todos o es una especie de filia?
—Por supuesto que lo hacen todos... —en esa ocasión sonó más exasperado al recalcar—: Es su puto trabajo como alfa: mantener limpio a su omega. Así funcionan las cosas en la Reserva.
—¿Y...?
—No, para ya, me estás cansado con tanta pregunta estúpida —me interrumpió—. Ahora cierra la boca y escucha. Las normas sobre quién te limpia, cuándo lo hace y cuántas veces lo haga —y a medida que lo enumeraba iba levantando una dedo a cada vez—, no son estrictas ¿Entiendes? Es decir, nadie puede echarte en cara que quieras que te limpien todos los días, o que tengas un alfa en cada villa para que te limpien por épocas. Lo que sí es vergonzoso y muy humillante es que vayas sucio por ahí. Eso jamás puede pasar —y me miró con expresión muy seria para dejarlo bien claro.
Solo porque parecía estar esperando por ello para continuar, asentí.
—Bien. Emh... ¿qué más? Ah. Ten cuidado con los alfas que te limpian. Si solo te limpian en una ocasión o muy de vez en cuando, no pasa nada, pero si les visitas a menudo para que lo hagan, les empieza a salir barba y eso es un problema, ¿de acuerdo? Nunca elijas a dos alfas de la misma villa para visitarles a menudo porque...
—Espera —le detuve de pronto—. ¿Cómo que «les empieza a salir barba»?
—Oh, joder... —resopló—. Claro, tampoco sabes eso... Eres como un puto crío que ha vivido bajo una piedra todo este tiempo.
Tomé una bocanada y miré un momento hacia lo alto de las copas de los árboles. Kai se quejaba de mis preguntas, pero él parecía incapaz de comprender que yo venía de la sociedad beta, donde las cosas eran completamente diferentes.
—Entonces, lo de las barbas tiene un significado especial —insistí una vez más—. Ryujin me dijo que si tenían barba era porque les visitaba un omega.
—Sí, Mentita, a los alfas solo les sale barba si limpian mucho a un omega.
—¿Quieres decir que dejan de afeitarse o que solo les sale en ese caso?
—¿Qué es «afeitarse»? —aunque inintencionadamente, aquello terminó por responder mi pregunta.
—¿Y qué pasa cuando un omega deja de visitarles para que les limpie? ¿La pierden?
—Por supuesto que la pierden. Eso quiere decir que vuelve a estar disponible y que, si estás interesado, puedes proponerle que te empiece a limpiar a ti —me explicó—. Pero nunca mientras tengan la barba y huelan a otro omega, porque eso sería de zorras traicioneras. ¿Lo entiendes, Mentita? Regla número uno: no se roba a los alfas de otros. A no ser que sean salvajes, ahí ya no valen las mismas reglas...
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Un omega diferente
Fiksi PenggemarBeomgyu es un omega diferente puesto que jamás había tenido la oportunidad de interactuar con los de su clase, pero una misión de emergencia hace que todo cambie Adaptación