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El sonido del agua de la ducha cayendo sobre mi cabeza era el único momento de calma que tendría hoy

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El sonido del agua de la ducha cayendo sobre mi cabeza era el único momento de calma que tendría hoy. Sabía que el día sería largo y lleno de emociones. Mientras me lavaba el pelo, repasaba mentalmente todo lo que habíamos ensayado para el partido de esta tarde. Chloe, Maya y yo nos habíamos convertido en un gran equipo desde que entramos como animadoras. Maya había encajado perfectamente con nosotras, en parte porque, al igual que nosotras, tampoco soportaba a Julia.

Julia no dejaba pasar la oportunidad de burlarse de nosotras cada vez que cometíamos algún error, especialmente en los ensayos. A veces la veía susurrar algo a su amiga mientras nos miraba con esa sonrisa condescendiente, como si estuviera esperando que tropezáramos para reírse. Pero Maya era diferente; nunca se quedaba callada ante Julia, y eso nos daba fuerzas a Chloe y a mí.

Salí de la ducha y me hice una coleta alta, tirante, dejando caer un mechón de pelo suelto para darle un toque desenfadado. Me puse mi uniforme de animadora, la falda corta azul y el top a juego con los colores del equipo, y mis Air Force 1 blancas, que siempre me daban la seguridad que necesitaba. Sabía que hoy iba a ser un día importante, ya que mis padres y James estarían ahí para verme.

Al bajar a la cocina, mis padres y James ya estaban en la mesa, y su entusiasmo era palpable.

—¡Hoy es el gran día, Maddie! —dijo mi padre mientras levantaba su taza de café—. Estamos listos para verte brillar en ese campo.

James, por su parte, no podía dejar de sonreír y dar pequeños golpes de emoción sobre la mesa.

—¡Voy a gritar tu nombre todo el partido, Maddie! —gritó James—. ¡Serás la mejor!

Me reí y me acerqué a despeinarle un poco.

—Gracias, pequeño. Pero, por favor, no me distraigas demasiado. —Le guiñé un ojo y él se rió.

Me senté a desayunar mientras mis padres seguían hablando del partido. Era reconfortante saber que estarían allí para apoyarme, aunque no podía evitar pensar en Vinnie. Sabía que no podría estar hoy en el partido porque Reggie tenía un juego fuera de la ciudad. Traté de no pensar demasiado en ello, pero sentía un pequeño vacío sabiendo que no vería su sonrisa en las gradas.

Después de terminar de desayunar, Roger me dio un rápido abrazo.

—Estamos muy orgullosos de ti, cariño —me dijo con una sonrisa cálida—. Sabemos lo mucho que has trabajado para esto.

—Gracias, papi. Espero no caerme en medio del campo... aunque Julia estaría encantada si lo hiciera —murmuré, rodando los ojos.

Mi padre me dio una palmadita en el hombro, intentando animarme.

—No te preocupes por esa chica, Maddie. Tú solo concéntrate en hacerlo lo mejor posible. Además, tienes a tu propio equipo de animadoras aquí —dijo, señalándose a él mismo, y a James y Roger.

Cardigan || Vinnie Hacker Donde viven las historias. Descúbrelo ahora