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Llegamos a las montañas justo cuando el sol comenzaba a descender, tiñendo el cielo de tonos anaranjados y rosados

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Llegamos a las montañas justo cuando el sol comenzaba a descender, tiñendo el cielo de tonos anaranjados y rosados. Después de un largo viaje en coche, la vista de la pequeña casa rural frente a nosotros me dejó sin palabras. La cabaña estaba rodeada de árboles altos, y al fondo, las montañas nevadas se alzaban majestuosas. El aire era fresco y olía a naturaleza pura. Me sentía emocionada y a la vez aliviada de estar aquí. Llevaba días soñando con este viaje con Vinnie, y aunque Jack y Chloe se habían unido al plan, sabía que iba a ser un fin de semana especial.

—Wow, esto es increíble —dije, mirando hacia la cabaña con una sonrisa.

Vinnie aparcó el coche y me guiñó el ojo mientras abría su puerta.

—Te lo dije, ¿no? Nada mejor que desconectar un poco aquí arriba —respondió, estirándose al salir del coche.

Antes de que pudiera decir algo más, Chloe y Jack saltaron del coche detrás de nosotros, corriendo hacia la cabaña con sus mochilas a cuestas. Chloe llevaba las llaves que habíamos recogido antes, así que, obviamente, ellos iban a entrar primero.

—¡Vamos a coger la mejor habitación! —gritó Chloe mientras corría junto a Jack.

—¡Oye, no vale! —protesté, riendo mientras les veía alejarse—. ¡Chloe, no me dejes la peor!

Vinnie rió a mi lado y tomó nuestras mochilas del maletero.

—No te preocupes, Maddie. Nos da igual qué habitación sea, lo importante es que estamos aquí, juntos —dijo, guiñándome un ojo.

Nos encaminamos hacia la cabaña, caminando lentamente mientras disfrutábamos del aire fresco y del sonido de la naturaleza. El sonido de las risas de Chloe y Jack resonaba desde dentro de la casa, lo que me hizo sonreír. Me encantaba lo naturales y despreocupados que eran juntos, y tener a nuestros mejores amigos con nosotros solo hacía que el fin de semana fuera aún más divertido.

Subimos las escaleras de madera que llevaban al porche y, cuando entramos, la cabaña era aún más acogedora por dentro de lo que imaginaba. Tenía un gran salón con una chimenea de piedra, un sofá cómodo y ventanas enormes que daban a las montañas. La cocina, pequeña pero acogedora, estaba justo al lado, y una escalera de madera llevaba a las habitaciones de arriba.

—¡Eh, subid ya! —escuché la voz de Jack desde arriba—. Tenéis que ver esto.

Vinnie y yo nos miramos y comenzamos a subir las escaleras. Sabía que Chloe y Jack ya habrían elegido la mejor habitación, pero no me importaba demasiado, con tal de estar con Vinnie. Al llegar arriba, los encontramos tirados en la cama más grande de la casa, riéndose y abrazados.

—¿En serio? —dije, riendo mientras les miraba—. ¿Ya os habéis adueñado de la mejor cama?

Chloe se sentó y sonrió con inocencia.

—Lo siento, Maddie, pero esta cama es demasiado cómoda. Teníamos que hacerlo.

Jack se rió, estirándose en la cama.

Cardigan || Vinnie Hacker Donde viven las historias. Descúbrelo ahora