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La última hora de clases se arrastraba lentamente

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La última hora de clases se arrastraba lentamente. Mi mente estaba dividida entre los deberes de matemáticas y la anticipación de ir a casa de Vinnie para trabajar en nuestro proyecto de historia. Chloe y yo compartíamos la clase, y mientras terminábamos los ejercicios que la profesora había asignado, hablábamos en voz baja sobre nuestros planes para la tarde.

—Así que, ¿cómo te sientes sobre ir a la casa de Vinnie? — preguntó Chloe, sin apartar la vista de su cuaderno.

—Nerviosa, por supuesto —respondí, rascándome distraídamente la cabeza— No puedo creer que realmente vaya a su casa.

—Todo irá bien, Maddie. Solo sé tú misma —dijo Chloe, sonriendo— Y no te preocupes, yo estaré haciendo el trabajo con Jack, así que también tendré compañía interesante.

—Gracias, Chloe. Espero que tengas razón.

La campana finalmente sonó, y el aula se llenó del sonido de mochilas cerrándose y sillas moviéndose. Chloe y yo recogimos nuestras cosas y salimos del instituto juntas.

—Buena suerte, Maddie. Nos vemos mañana —dijo Chloe, dándome un abrazo rápido antes de dirigirse hacia donde Jack la estaba esperando.

—Gracias, Chloe. Nos vemos — respondí, intentando sonreír.

Me dirigí hacia la parada del bus, con la mente aún zumbando de nerviosismo. Justo antes de llegar, escuché una voz detrás de mí.

—¡Hey, Madison! Espera un momento.

Me giré y vi a Vinnie caminando hacia mí con una sonrisa en el rostro.

—Hola, Vinnie —dije, tratando de sonar casual.

—Pensé que podríamos ir a mi casa juntos y comer algo antes de empezar el trabajo. ¿Qué te parece? — sugirió, metiendo las manos en los bolsillos de su chaqueta.

—Um, no sé... — empecé a decir, sintiendo el nudo en mi estómago apretarse aún más.

—Vamos, será divertido. Además, tengo hambre y no quiero comer solo — dijo, guiñándome un ojo.

—Está bien, supongo que podemos ir —cedí finalmente, aunque mis nervios seguían a flor de piel.

Caminamos juntos hacia el estacionamiento, donde estaba el coche de Vinnie. Me subí al asiento del copiloto mientras él se sentaba al volante y arrancaba el motor.

—Voy a mandar un mensaje a mis padres, para que no se preocupen — le dije, sacando mi teléfono.

—Claro, tómate tu tiempo —respondió, sonriendo.

Envié rápidamente el mensaje a mis padres, informándoles que no comería en casa y que estaría trabajando en el proyecto de historia.

—¿Todo listo? — preguntó Vinnie, mientras salíamos del estacionamiento del instituto.

Cardigan || Vinnie Hacker Donde viven las historias. Descúbrelo ahora