Madison y Vincent son estudiantes de instituto cuyos caminos se cruzan de manera inesperada. Madison, una chica sencilla y amable, se enamora de Vincent, el chico rebelde y popular del colegio. Lo que Madison no sabe es que su relación con Vincent f...
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Era el día de Navidad, y la emoción de estar en Texas me envolvía desde que aterrizamos la noche anterior. No importaba cuántos años pasaran, cada visita a la casa de Roger siempre se sentía como una vuelta a la infancia, a esos días donde las tradiciones eran lo que unía a la familia.
Me desperté tarde, alrededor de las once, lo que no era raro después del vuelo nocturno. El sol ya se filtraba por las ventanas, y el aroma de la comida de la abuela llenaba la casa, atrayéndome hacia la cocina como un imán. Me vestí rápidamente con unos vaqueros cómodos y una camiseta blanca, arreglándome el pelo mientras me miraba en el espejo. Era un desastre después de la noche de viaje, pero después de un par de intentos con el cepillo, lo dejé caer en su forma natural, suelto y relajado.
Bajé las escaleras y al llegar a la cocina, vi a mis padres, al abuelo y a James sentados alrededor de la mesa, esperando que mi abuela y yo nos uniéramos. La abuela me sonrió desde la cocina, donde estaba terminando de freír algo que olía delicioso. Me uní a ellos y, apenas me senté, la abuela empezó a preguntar por Vinnie.
—Así que, Madison, cuéntame más sobre ese chico del que James no deja de hablar —dijo la abuela, con esa curiosidad traviesa en sus ojos.
James, emocionado como siempre, intervino antes de que pudiera responder.
—¡Vinnie es mi mejor amigo! Es muy fuerte, y juega al fútbol increíblemente bien. ¡Es el mejor! —exclamó, agitando sus brazos en el aire para enfatizar su punto.
Todos en la mesa rieron por las ocurrencias de James, y yo me sonrojé un poco. Era bonito ver cómo se llevaban Vinnie y mi hermano, pero sabía que también significaba que toda la familia estaría pendiente de los detalles de nuestra relación durante estos días.
—Bueno, parece que ya tienes la aprobación del más joven de la familia —dijo mi abuela, sonriendo mientras cortaba un pedazo de su tocino— Pero cuéntanos, Maddie, ¿qué es lo que más te gusta de él?
Me mordí el labio, pensando en cómo describir a Vinnie sin revelar demasiado.
—Es… diferente a cualquier persona que haya conocido. Es protector, pero no de esa manera sofocante. Es divertido, y siempre sabe cómo hacerme reír, incluso cuando no estoy de humor. Y bueno, con James es simplemente increíble —dije, sonriendo mientras mi mirada se dirigía a mi hermanito, que estaba ocupado devorando su desayuno.
Mi padre me miró con una mezcla de sorpresa y satisfacción, como si hubiera dicho justo lo que esperaba escuchar.
—Eso suena maravilloso, querida. Estoy segura de que nos gustaría conocerlo mejor algún día —dijo mi abuelo, y aunque su tono era amable, había una clara insinuación en sus palabras.
Sabía que pronto habría un interrogatorio familiar completo cuando Vinnie estuviera en la misma mesa con todos ellos.
Después de desayunar, la abuela empezó a recoger los platos, y como de costumbre, me ofrecí a ayudarla. Estuvimos charlando mientras limpiábamos, ella contándome sobre las novedades en el pueblo, los cambios que habían ocurrido desde la última vez que estuvimos aquí.