multiverso omegaverse 2

Not Me pt6

Tres meses después.

Hoy era uno de sus días mas importantes que vivirían juntos, hoy el pequeño Moon fue dado de alta luego de pasar sus primeros meses en una incubadora y hoy White conocería su nuevo hogar, el cual Sean junto a los demás habían terminado de construir hace apenas dos semanas. Había sido un camino largo y difícil, pero ahora, mientras cruzaban el umbral de la casa, todo parecía encajar, como si el universo se hubiera alineado para llevarlos hasta ese preciso momento.

La casa, humilde pero llena de carácter, era un reflejo del amor y el esfuerzo que Sean y White habían puesto en ella. Sean, con su camiseta manchada de pintura y las manos aún ásperas por el trabajo, miraba el pequeño porche con una mezcla de orgullo y agotamiento.

-Al fin.-Susurró, más para sí mismo que para White, mientras abría la puerta de madera que aún olía a pino recién cortado. El omega entró a su nuevo hogar con su cachorro en brazos, viendo con emoción el interior de este. La sala de estar se desplegaba ante ellos, un espacio aún vacío, con solo unas pocas cajas apiladas en una esquina y un par de sillas que sus amigos les habían prestado hasta que pudieran comprar las suyas. Las paredes, que Sean y sus amigos habían pintado de un suave tono azul, estaban desnudas, esperando ser adornadas con fotos, recuerdos y quizás algún cuadro que Yok había prometido pintar algún día.
Sean cerró la puerta tras ellos con cuidado, como si cualquier ruido fuerte pudiera perturbar la paz de ese momento.-Es más grande de lo que recordaba.-Comentó, sus ojos recorriendo cada rincón del espacio.

-Es perfecta.-Dijo White, balanceando suavemente a Moon, cuya presencia les recordaba que no estaban solos.-¿Cómo te sientes, pequeñito? ¿Te gusta tu nueva casa?-Moon respondió con un suave balbuceo, como si comprendiera la importancia del momento. White se inclinó y le dio un suave beso en la frente, sintiendo la tibieza del pequeño cuerpo contra el suyo.-Es tu hogar ahora, pequeño Moon. Aquí crecerás, aprenderás a caminar, a hablar...-Sean se acercó y envolvió a ambos en un abrazo, su fuerte brazo alrededor de White y la pequeña figura de Moon.

-Aún no esta acabada. Nos queda tanto por hacer.-Murmuró como si compartiera un secreto.-Pintar los dormitorios, montar la cuna... Y no sé, tal vez un jardín, ¿qué te parece?-White asintió levemente.

-Todo en su momento, Sean. Por ahora, lo único que importa es que estamos juntos, los tres. Todo lo demás se puede esperar.-

Hubo un momento de silencio, mientras ambos absorbían la realidad de estar finalmente en su hogar. La suave luz de la tarde entraba por las ventanas, pintando el suelo de la sala con sombras doradas. Moon se quedó dormido en los brazos de White, su respiración suave y constante llenando el aire con una sensación de paz.

-Recuerdo cuando apenas era un terreno vacío.-Dijo Sean de repente, su voz cargada de nostalgia pues solía visitar ese pedazo de tierra con su madre.-No podía imaginar que algún día estaríamos aquí, juntos, con un hijo. Es como un sueño.-

-Uno hecho realidad.-Respondió White, recostando la cabeza en el hombro de Sean.-Aún que Moon nos haya dado un buen susto al nacer, ¿verdad? Todavía no puedo creer que esté aquí, con nosotros.-Sean sonrió y dejó un suave beso en la cabeza de White.

-Es un luchador, igual que sus papás. Y nosotros vamos a estar aquí para él, siempre.-White se separó un poco, solo para mirarlo a los ojos, buscando en ellos la confirmación de lo que ya sabía.

-Sean...Gracias. No solo por esta casa, sino por todo lo que has hecho por nosotros. Sé que no fue fácil, y hubo momentos en los que dudé que podríamos hacerlo, pero aquí estamos. Lo hiciste.-

-Lo hicimos.-Corrigió Sean, tomando una mano de White entre las suyas.-Me esforzaré cada día para ser el hombre que mereces y te prometo que me esforzaré de igual manera para ser el padre que nuestro hijo merece.-