Era aún de madrugada cuando Black se despertó, como lo hacía casi todas las noches desde que su hijo había nacido. Aún medio dormido, se quedó mirando al techo oscuro, escuchando los sonidos del bosque a través de las paredes de la cabaña. El viento hacía crujir las ramas de los árboles, y en la distancia, se escuchaba el murmullo de un arroyo cercano. Sin embargo, lo único que lo mantenía completamente despierto era el pequeño balbuceo suave que venía desde la caja de madera junto a su cama.
Black suspiró, resignado pero no molesto. No había nada en el mundo que le molestara más que el llanto de su hijo, pero al mismo tiempo, no había nada que lo llenara tanto como saber que podía calmarlo. Era una sensación ambigua, una mezcla de amor, responsabilidad y un leve temor a no estar a la altura de ser el padre que su hijo necesitaría. Se levantó despacio, con cuidado de no hacer ruido para no sobresaltar al bebé, y caminó hacia la "cuna".
-Ey, pequeño...-Susurró mientras se inclinaba sobre la pequeña figura que se movía inquieta bajo las mantas. El bebé, de apenas un mes, lo miraba con esos ojos inmensos que todavía no habían encontrado su verdadero color, pero que brillaban en la penumbra como si ya entendieran el mundo mucho más de lo que podían.-¿Qué pasa, eh? ¿Pesadillas? A esta edad, ni siquiera deberías saber qué es eso...-Con suavidad, tomó al bebé en sus brazos. Lo acomodó contra su pecho, sintiendo su respiración pequeña y errática calmarse al contacto con el calor de su cuerpo. Alzó la vista por la ventana y observó cómo los primeros rayos del sol empezaban a colarse tímidamente entre los árboles.
Se sentó, apoyando a su hijo en su regazo, y comenzó a balancearse lentamente. En ese momento, la cabaña parecía completamente aislada del resto del mundo. No había carreteras, no había casas cercanas, y el único sonido que rompía la calma era el suave crujido de la madera bajo el peso de la cama y los leves resoplidos del bebé, quien empezaba a dormirse de nuevo.
"Qué irónico", pensó Black para sí mismo mientras miraba la pequeña carita del bebé. "Toda mi vida he buscado esta soledad... y ahora, cuando la tengo, no sé si realmente es lo que quiero". Había pasado años huyendo de todo: de la civilización, de las responsabilidades que lo habían agobiado, de los compromisos y las expectativas de quienes lo rodeaban. Dejando no solo a su alfa, si no a su hermano detrás, buscando su propia paz, pero el nacimiento de su hijo lo había cambiado todo.
-Sabes...-Murmuró, mientras el niño dormía plácidamente sobre su pecho. -No tengo ni idea de cómo hacer esto. Tampoco tengo un ejemplo al cuál seguir.-Se rió suavemente, sin despertar al bebé.-Jamás me imaginé en este papel... y ahora míranos. En medio de la nada, solo tú y yo. No hay manual de instrucciones para esto, ¿verdad? Solo... prueba y error.-
El bebé se removió un poco en su regazo, y Black lo acomodó con una mano experta, ya acostumbrado a la fragilidad de ese pequeño cuerpo. "¿Qué es lo que piensas?", se preguntó. "¿Qué ves cuando me miras con esos ojos grandes? ¿Entiendes que soy tu padre? ¿Entiendes lo que eso significa?"
Pasaron unos minutos más antes de que Black decidiera que era hora de moverse. El bebé había vuelto a dormirse profundamente, y él sabía que si lo dejaba demasiado tiempo en su regazo, no podría hacer nada más durante el resto del día. Con movimientos lentos y precisos, se levantó y volvió a colocar al niño en su cuna. La pequeña criatura apenas se movió, solo soltó un suspiro largo, como si también supiera que estaba seguro en ese lugar.
Black se quedó un momento observándolo, una sonrisa suave curvando sus labios. Nunca había pensado que un ser tan pequeño pudiera tener tanto poder sobre él. Todo en su vida había cambiado, y, aunque a veces el miedo lo asaltaba en la quietud de la noche, sabía que no cambiaría nada.
Preparó algo de café, el aroma amargo llenando el aire frío de la cabaña. La rutina era lo único que lo mantenía cuerdo. Todos los días eran parecidos: despertar, cuidar del bebé, mantener la cabaña en pie, cortar leña, cosechar algo para la cena, a veces, la monotonía era reconfortante. Era como si, al repetir esas mismas acciones, pudiera mantener a raya el caos que sentía dentro de sí.
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multiverso omegaverse 2
FanfictionEsta fanfic tendrá pequeñas historias por capítulos con diferentes series BL como omegaverse. Esto lo hago con el fin de entretenimiento, no busco ofender a los actores, las series o a los fans. Los personajes y parte de la historia son fieles a la...