A Boss and a Babe

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Nota: su historia está uno o dos años después de todo lo sucedido en la serie, disfruten!




















-Café para boss~-Gun levantó su mirada rápidamente cuando vio a su, ahora esposo, entrar por aquella puerta como era de costumbre para Él. Sin golpear y con un vaso con café.

-Le estas quitando el trabajo a los internos.-Dijo refiriéndose a que, tal como alguna vez lo hizo Cher, había jóvenes trabajando en su pasantia para poder graduarse y uno de los trabajos era traerle café al jefe pero Cher ya había tomado ese lugar desde el primer día que llego ahí.

-¡Oh!¿No es mi trabajo como esposo del CEO de esta compañía apoyarlo y ayudarlo en lo que pueda?-Cerró la puerta detrás de Él mientras iba hacia el escritorio, dejando el vaso allí para poder ir hacia su alfa y sentarse con comodidad en su regazo.

-Mirate, antes te avergonzaba llamarme novio pero ahora dices con mucho orgullo que soy tu esposo.-Lo abrazo por la cintura, dejando a un lado su trabajo.

-¿No puedo hacerlo?-

-Nunca dije eso.-Comenzó a repartir besos tiernos por las mejillas del menor antes de que este lo detuviera dándole un corto empujón.-Nong Cher~No puedes entrar así a mi oficina, sentarte sobre mi, actuar lindo y esperar que no quiera llenarte de besos.-

-Lo hago todos los días y todos los días actúas así, ¿Algún día dejaras de tratarme como si lleváramos un mes de novios?-

-¡Nunca!-

-Okay~-Entre risitas se dejo hacer para luego sobresaltarse cuando sintió la mano de su alfa apretar su muslo.-Oh no, no haremos eso en la oficina.-Se puso de pie para reír levemente cuando vio como su esposo suspiraba con los ojos cerrados, recostandose otra vez en su silla.-Me acabo de acordar a que vine, ¡Hoy por la tarde iremos a ver una casa!-Gun abrió los ojos rápidamente. En los últimos dos meses Cher había estado hablando mucho sobre la idea de comprar una casa donde ambos pudieran mudarse, una más grande, pero Gun insistía en que aquel departamento donde estaban viviendo era lo justo y necesario para los dos. Lo que el alfa no sabía es que Cher no quería que fueran solo los dos.

-¿Otra más?-Fruncio su ceño antes de negar lentamente.-¿Por qué otra más? Ya hemos visto tres en este mes y ninguna nos convence, además, para mi tu departamento es perfecto.-

-¿No se te hace muy pequeño quizás?-

-Pero es acogedor, somos solo nosotros dos.-

-Ay boss.-Soltó un suspiro antes de negar levemente.-No importa, solo vayamos a ver la casa, ¿Si? Por favor~-

-Esta bien, pero no te prometo nada.-Cher asintió antes de sonreír emocionado.

Cuando la hora llego, finalmente llegaron a esa casa. Una casa de dos pisos en rodeado de vecinos que al menos en ese momento parecían tranquilos, tenía un patio de césped con una cerca de madera blanca y un camino de pequeñas piedras que guiaban a la entrada. Una sala espaciosa con piso de madera, una chimenea grande pero segura, encima de ella el espacio para la televisión que se podría ver desde el cómodo sofá donde Cher ya se imaginaba acorrucandose con su esposo. La mesa de vidrio detrás del sofá, rodeada con sillas negras, una cocina a la cual entrabas por una doble puerta pero que a la vez tenía un tipo de ventana que al abrirla se podía ver la cocina conectando con la sala por una mesada. La cocina no era tan grande pero eso a la pareja no le importo pues tampoco pasarían tanto tiempo allí. Debajo de las escaleras aun lado del baño, había una puerta que llevaba al patio trasero que era más pequeño que el de adelante pero para Cher era un espacio excelente donde juntarse a comer con sus amigos o festejar algún cumpleaños. Subieron las escaleras para encontrarse con tres habitaciones, una más grande que las otras dos, tenía un baño propio con una bonita bañera, cada habitación excepto la principal tenía unas ventanas que dejaban entrar la luz natural. Cher estaba más que enamorado de aquella casa.

multiverso omegaverse 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora