Capítulo 1: Un Nuevo Comienzo

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El sol matutino brillaba a través de las ventanas de la preparatoria, sus rayos dorados iluminando los pasillos llenos de estudiantes que reían y charlaban. Para Tanjiro Kamado, la vida en la era moderna aún era un misterio que intentaba descifrar. El uniforme escolar se sentía extraño sobre su cuerpo, un símbolo de la nueva normalidad después de la guerra que tanto había cambiado sus vidas.

A su lado, Inosuke y Zenitsu bromeaban sobre los exámenes que se aproximaban, mientras Tanjiro apenas lograba seguirles el ritmo, perdido en sus propios pensamientos. No podía dejar de pensar en la chica de la que se había hecho tan cercano en los últimos meses: Shinobu Kochō.

—¡Tanjiro, al fin llegaste! —exclamó Mitsuri, su voz suave y alegre resonando por el pasillo. Se acercó a él con una sonrisa radiante, pero Tanjiro solo pudo devolverle un gesto amistoso.

—¡Ah, Mitsuri! Buenos días —respondió Tanjiro, algo incómodo al notar la forma en que ella lo miraba. Sabía de sus sentimientos hacia él, pero su corazón no podía corresponderle de la misma manera. Para él, Mitsuri siempre sería una gran amiga, nada más.

Justo en ese momento, una figura familiar apareció al final del pasillo: Shinobu. Su sonrisa traviesa lo hizo detenerse en seco.

—Tanjiro, ¿ya te acostumbraste a esta vida moderna? —preguntó Shinobu, acercándose con pasos ligeros y una elegancia que siempre lo dejaba sin palabras.

Tanjiro tragó saliva, tratando de encontrar una respuesta. La cercanía de Shinobu siempre lo hacía sentir extraño, como si estuviera peleando con algo mucho más difícil que un demonio: sus propios sentimientos.

—Aún... me estoy acostumbrando —admitió, rascándose la cabeza.

Shinobu soltó una pequeña risa, y su mirada se suavizó. —Yo también. Pero... si necesitas ayuda, siempre puedes contar conmigo.

Las palabras de Shinobu resonaron en él, encendiendo algo que no sabía cómo describir. Mitsuri observaba desde el otro lado del pasillo, con una sonrisa, pero sus ojos mostraban algo más: una mezcla de tristeza y esperanza. Mientras tanto, Iguro Obanai, desde lejos, observaba a Mitsuri, intentando reunir el valor para acercarse.

La nueva vida en la preparatoria apenas comenzaba, y para Tanjiro, Shinobu, Mitsuri, e Iguro, los desafíos más grandes aún estaban por venir... no en la batalla, sino en el terreno del amor.

Cicatrices del Corazón: Amor en la Edad ModernaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora