Capítulo 12: Sombras en el Pasado

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El eco de los pasos resonaba en la sala mientras Tanjiro y los demás permanecían en alerta máxima, con los sentidos agudizados. Las luces seguían parpadeando, sumergiéndolos en un vaivén entre la oscuridad y la luz tenue. Las paredes parecían encoger a su alrededor, como si algo estuviera observándolos desde las sombras.

Shinobu no perdió el tiempo y comenzó a revisar más de cerca los documentos y frascos en la mesa. Había una conexión entre estos experimentos y lo que estaba sucediendo en la escuela, pero aún no podía descifrar el porqué. Mientras tanto, Tanjiro sostenía el cuaderno con fuerza, analizando las páginas con una mirada llena de determinación.

—Estaban buscando algo... una forma de controlar a los estudiantes, no solo físicamente, sino mentalmente —murmuró, mientras pasaba las páginas con rapidez—. Aquí mencionan algo llamado "Proyecto Sombras."

Zenitsu, temblando, dio un paso atrás. —¿Proyecto Sombras? Esto no suena bien, chicos. ¡Deberíamos salir de aquí antes de que pase algo malo!

Inosuke, por otro lado, estaba más emocionado que nunca. —¡Suena como un desafío! ¡Vamos a enfrentarlos de una vez! —dijo mientras levantaba su puño en señal de combate.

Nezuko, siempre atenta, se acercó a Shinobu, observando los frascos. —¿Crees que estos químicos tengan algo que ver con los estudiantes que desaparecieron? —preguntó en voz baja, su mirada llena de preocupación.

Shinobu asintió, frunciendo el ceño. —Es probable. Algunos de estos ingredientes no son de uso común... son sustancias prohibidas. Estaban jugando con cosas que nunca debieron tocar.

De repente, un sonido metálico resonó en la entrada de la sala. Todos se giraron rápidamente, preparados para lo peor. La figura encapuchada que habían visto antes volvió a aparecer, pero esta vez, no estaba sola. A su lado, otra figura más pequeña emergió de las sombras, una figura que les resultaba inquietantemente familiar.

Kanae, la hermana mayor de Shinobu, apareció detrás del encapuchado, con una expresión distante y extraña. Sus ojos, que solían ser cálidos y llenos de vida, ahora estaban vacíos, como si no reconociera a nadie.

—¡Kanae! —exclamó Shinobu, dando un paso hacia ella, pero la encapuchada levantó una mano, deteniéndola.

—No des un paso más —dijo la figura, con una voz fría y amenazante—. Ella no es la misma persona que conociste.

El corazón de Shinobu latía con fuerza en su pecho. No podía creer lo que veía. Su hermana, la persona que siempre había admirado y amado, estaba allí, pero algo andaba terriblemente mal.

—¿Qué le has hecho? —preguntó Shinobu, su voz temblando de ira contenida.

El encapuchado sonrió bajo su capa oscura. —No es lo que yo le he hecho, sino lo que ella decidió. El Proyecto Sombras fue su elección, no la mía.

Tanjiro dio un paso adelante, decidido a intervenir. —¡Eso no puede ser cierto! Kanae nunca haría algo que pusiera en peligro a los demás. ¡La conocemos!

Kanae no dijo una palabra. Su mirada seguía perdida, como si su mente estuviera en otro lugar. Shinobu intentó acercarse una vez más, pero la figura encapuchada hizo un movimiento rápido, y la sala comenzó a llenarse de una densa niebla negra.

—No podrás salvarla si no aceptas la verdad —dijo la figura—. El Proyecto Sombras fue diseñado para darles un poder más allá de su imaginación, pero todo tiene un precio.

La niebla envolvía a todos, haciendo que sus siluetas se desvanecieran poco a poco. Shinobu, desesperada, gritó el nombre de su hermana una vez más. —¡Kanae!

Pero antes de que pudiera alcanzarla, la niebla los separó, y tanto Kanae como el encapuchado desaparecieron en la oscuridad. La sala quedó en silencio, con solo el sonido de sus respiraciones agitadas llenando el espacio.

Shinobu cayó de rodillas, con las manos temblorosas. Nezuko corrió hacia ella para ofrecerle apoyo, mientras Tanjiro permanecía alerta, observando el lugar donde habían desaparecido.

—No podemos dejar que se salgan con la suya —dijo Tanjiro, con una mirada decidida—. Esto va mucho más allá de lo que pensábamos. Tenemos que detener el Proyecto Sombras y salvar a Kanae.

Shinobu, aún en shock, asintió lentamente, secándose las lágrimas que comenzaban a brotar de sus ojos. —Lo haré... salvaré a mi hermana, cueste lo que cueste.

Zenitsu, más nervioso que nunca, dio un paso hacia Inosuke y susurró—. Esto está yendo demasiado lejos, amigo. ¿No crees que deberíamos retroceder?

Pero Inosuke solo sonrió. —¿Retroceder? ¡Esto apenas está empezando! ¡Vamos a por todas!

El grupo salió de la sala, sabiendo que no había vuelta atrás. Los misterios de la escuela y el Proyecto Sombras comenzaban a desvelarse, pero la pregunta más grande seguía sin respuesta: ¿qué clase de poder había obtenido Kanae, y hasta dónde estaban dispuestos a llegar para salvarla?

Cicatrices del Corazón: Amor en la Edad ModernaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora