Capítulo 10: Ecos del Pasado

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El ambiente en la escuela había cambiado. Después de las confesiones y las verdades reveladas, había una sensación de alivio entre los amigos, aunque también un aire de incertidumbre. Las emociones entre ellos seguían evolucionando, y lo que habían enfrentado hasta ahora parecía ser solo el comienzo de un camino más complicado.

Tanjiro estaba sentado en una de las mesas de la biblioteca, sus libros abiertos frente a él. Aunque intentaba concentrarse en sus estudios, sus pensamientos seguían divagando hacia Shinobu. Cada vez que recordaba su conversación, un calor suave llenaba su pecho. Sabía que algo había cambiado entre ellos, y por primera vez en mucho tiempo, sentía que podía avanzar sin el peso de las dudas.

Mientras pasaba las páginas del libro, una voz conocida lo sacó de sus pensamientos.

—¿Puedo sentarme aquí? —era Nezuko, su hermana menor, que lo miraba con una sonrisa. Aunque era más reservada que él, siempre tenía un aire de dulzura que alegraba a Tanjiro.

—Por supuesto, Nezuko —dijo él, sonriendo y haciéndole un gesto para que se sentara a su lado.

Nezuko se sentó y, durante un momento, ambos disfrutaron de la tranquilidad. Aunque habían pasado por mucho, su vínculo seguía siendo inquebrantable. Nezuko, con su carácter observador, no tardó en notar la distracción en su hermano mayor.

—¿Estás pensando en Shinobu? —preguntó de repente, sorprendiendo a Tanjiro.

Él se sonrojó levemente, rascándose la nuca con nerviosismo. —Bueno, sí... un poco. Han pasado muchas cosas últimamente.

Nezuko lo miró con comprensión. —Es normal. A veces, lo que sentimos puede ser confuso, pero es importante escuchar a nuestro corazón, hermano. Tú siempre has sido alguien que sigue lo que es correcto. Estoy segura de que sabrás qué hacer.

Las palabras de Nezuko lo reconfortaron. Su hermana, siempre sabia a su manera, lo conocía mejor que nadie. Tanjiro sintió que, aunque el futuro era incierto, tenía el apoyo de quienes lo amaban.

Antes de que pudieran seguir hablando, Zenitsu y Inosuke irrumpieron en la biblioteca, causando un pequeño revuelo. Zenitsu, con su energía nerviosa de siempre, se acercó corriendo a la mesa de Tanjiro.

—¡Tanjiro, hay algo que debes ver! —exclamó, mientras intentaba recuperar el aliento.

—¿Qué pasa, Zenitsu? —preguntó Tanjiro, extrañado.

Inosuke, siempre impaciente, lo interrumpió. —¡Es algo relacionado con los profesores! ¡Hay rumores extraños en la escuela!

—¿Rumores? —preguntó Nezuko, con una expresión de curiosidad.

Zenitsu asintió, su rostro pálido de preocupación. —He escuchado que uno de los profesores podría estar involucrado en cosas raras... algo que está afectando a los estudiantes.

Tanjiro frunció el ceño. Esto era lo último que necesitaba en medio de toda la confusión emocional. Sin embargo, sabía que no podía ignorar algo así.

—¿Qué más has escuchado? —preguntó Tanjiro, poniéndose serio.

Zenitsu bajó la voz. —Dicen que algunos estudiantes han desaparecido temporalmente y que cuando regresan, actúan... diferentes. Como si hubieran visto algo que los ha cambiado.

Inosuke, que generalmente no prestaba mucha atención a los rumores, también se veía extrañamente intrigado. —Yo no creo en supersticiones, pero esto es raro. Los estudiantes no hablan de otra cosa.

El ambiente en la biblioteca se tornó más tenso. Tanjiro, aunque preocupado, decidió que debía investigar más antes de sacar conclusiones. Sabía que algo andaba mal y que debía proteger a sus amigos y a los demás estudiantes si los rumores resultaban ser ciertos.

—Vamos a averiguar qué está pasando —dijo finalmente, tomando su mochila—. No podemos dejar que estos rumores sigan creciendo sin saber la verdad.

Zenitsu parecía aliviado al escuchar las palabras de Tanjiro, mientras que Inosuke ya estaba ansioso por enfrentarse a lo que sea que estuviera ocurriendo.

Antes de que pudieran salir de la biblioteca, la voz suave de Shinobu los detuvo.

—¿Van a investigar algo peligroso sin mí? —preguntó ella con una sonrisa que mostraba confianza, pero con una mirada que indicaba que había estado escuchando todo.

Tanjiro sintió un calor recorrerlo al verla. Shinobu siempre sabía cuándo intervenir, y su presencia en ese momento le dio más seguridad.

—Iba a decirte después —dijo Tanjiro con una sonrisa—. Pero sí, parece que hay algo extraño ocurriendo con algunos de los profesores.

Shinobu asintió, su expresión cambiando a una más seria. —He escuchado algunos rumores también. Podría haber algo más oscuro detrás de todo esto. Algo que involucra no solo a los profesores, sino a ciertos experimentos que están realizando en secreto.

El grupo se quedó en silencio por un momento, procesando lo que Shinobu había dicho. Era evidente que lo que estaban a punto de enfrentar no era algo ordinario. La escuela, que hasta ahora había sido su refugio, estaba guardando secretos que podían cambiarlo todo.

Nezuko, que siempre había sido más cautelosa, decidió unirse a ellos. —No podemos ignorar esto. Si hay algo que está lastimando a los estudiantes, debemos detenerlo.

Tanjiro, Shinobu, Zenitsu, Inosuke y Nezuko se miraron entre sí, sabiendo que estaban a punto de embarcarse en algo mucho más grande de lo que habían imaginado. Y aunque los desafíos personales y emocionales seguían presentes, sabían que no podían quedarse de brazos cruzados mientras algo oscuro se cernía sobre la escuela.

Tanjiro dio un paso adelante, liderando al grupo. —Vamos a descubrir la verdad. No importa qué esté ocurriendo, lo enfrentaremos juntos.

Cicatrices del Corazón: Amor en la Edad ModernaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora