La vida de Blair Jones ha sido una constante pesadilla luego de la pérdida de sus padres. Todo comienza a cambiar cuando se muda a Inglaterra por su nuevo contrato musical...
Con una nueva vida por crear, y personas nuevas por conocer, Blair asiste...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
No podía evitar sentir un poco de nervios, Lando se había ofrecido a enseñarme a conducir, y aunque confiaba en él como piloto, la idea de quien sea yo quien esté en el volante me llenaba de ansiedad.
Estábamos en el estacionamiento vacío, vi como como Norris se sentó al volante primero para mostrarme los controles.
Su voz era calmada mientras explicaba cada parte del auto. —El de la derecha es el acelerador, y esto de aquí es el freno de mano. —explicó.
Finalmente, había llegado mi turno. Al acomodarme en el asiento del conductor, sentí una mezcla de miedo y emoción.
—Recuerda, empieza de espacio y debes mantener la calma. —dijo Lando, yo asentí tratando de recordar sus palabras.
Al encender el motor y soltar el freno de mano, presione le acelerador suavemente, el coche se movió de un tirón inesperado.
—Esto es más difícil de lo que pensaba. —reí con nerviosismo, mirando al británico.
Por suerte pude controlar la situación.
—Si no te sientes cómoda solo dímelo. —Lando me mira desde el asiento copiloto. —Por eso estoy aquí.
Asiento rápidamente.
A medida de que giraba el volante y frenaba cada vez con más control, comenzaba a disfrutarlo.
—Lo estás haciendo genial. —Norris festejaba cada movimiento.
Después de varias vueltas completas por el estacionamiento, la práctica continuó con risas y torpezas de mi parte. Cada error solo hacía que ambos riéramos, Lando al parecer disfrutaba de verme conducir, ya que daba palabras para animarme.
—Esto quizás sea la parte más complicada, pero también debes aprender a estacionarte.
Me concentré, suspiré con calma y atenta a sus indicaciones, debía estacionarme entre dos autos, lo dudé unos minutos, pero después de varios intentos, logré encajar el coche perfectamente en el espacio.
Cuando bajé del coche no pude evitar festejar. —¡Lo he logrado!.
Lando me miró con orgullo. —Aprendes rápido, debo admitirlo.
—No pensé que lo lograría.
—Solo tienes que confiar en ti misma.
—No lo hubiera logrado, si no hubiera tenido el mejor instructor de manejo. —sonreí.
—Ahora me tocará conducir a mi, de regreso a casa.
Le pase las llave de su auto, todavía no creía que me lo ha ofrecido para aprender a conducir, era algo demasiado riesgoso, pero aunque me negué varias veces, el insistió en usar su auto.