La vida de Blair Jones ha sido una constante pesadilla luego de la pérdida de sus padres. Todo comienza a cambiar cuando se muda a Inglaterra por su nuevo contrato musical...
Con una nueva vida por crear, y personas nuevas por conocer, Blair asiste...
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Hemos estado buscando a Blair durante horas. Lili y yo recorrimos cada lugar que se nos ocurrió, desde cafeterías hasta parques, incluso algunos lugares que Lili mencionó que ella visitaba cuando era más joven. Pero no había rastro de ella.
Es como si hubiera desaparecido.
Me detuve un momento, cerrando los ojos mientras intentaba respirar, estaba demasiado nervioso por todo, no tenía idea de que más hacer, a quien llamar, ni cómo reaccionar ante todo lo que estaba sucediendo.
Fue entonces recordé. Hace unos meses, cuando estuvimos juntos en aquí en California por su concierto, Blair me llevó a una playa. Me dijo que solía ir allí cuando necesitaba estar sola, cuando quería escapar de todo.
¿Cómo no lo había pensado antes?. —digo a mi mismo.
—Creo que sé dónde podría estar. —miré a Lili, mi voz saliendo con urgencia.
Ella me miró con curiosidad. —¿Dónde?.
—Hay una playa. Me llevó allí hace unos meses. Me dijo que iba cuando quería estar sola, cuando necesitaba pensar. Es un lugar importante para ella.
Esta era mi última opción, y tenia que estar ahí.
Lili asiente rápidamente, sin dudar ni un segundo. —Creo que se donde es.
No lo pensamos demasiado. Subimos al primer taxi que apareció. El trayecto se sintió eterno. No sabía qué más hacer si no la encontraba. La preocupación me consumía con cada minuto que pasaba. Lili a mi lado intentaba mantenerse tranquila, pero el silencio en el taxi hablaba más que cualquier palabra.
Cuando finalmente llegamos a la playa, bajé del taxi y mi mirada se dirigió instintivamente hacia la orilla. A lo lejos, vi una figura sentada en la arena. Mi corazón se detuvo. Podía reconocerla incluso desde esa distancia; era ella, Blair.
—Es ella, ¿verdad? —preguntó Lili a mi lado, aunque su tono reflejaba certeza más que duda.
Asentí, sintiendo cómo una mezcla de alivio y nerviosismo recorría mi cuerpo. —Sí, es ella.
Lili me tocó el brazo suavemente y me dio una mirada firme. —Ve tú. Los esperaré aquí.
Miré a Blair nuevamente. Estaba sola, su silueta parecía frágil contra la inmensidad del océano. Tragué saliva, tratando de calmar los nervios, y comencé a caminar hacia ella.
El sonido de las olas se hizo más fuerte a medida que me acercaba, pero mi atención estaba completamente fija en Blair. Finalmente, a unos pocos metros de distancia, paré.
—Jones... —dije con mi voz casi quebrada.
Ella pudo reconocer mi voz de inmediato, se giró hacia mí, y en ese momento, todo pareció detenerse para mí. Sus ojos se encontraron con los míos, y estaban rojos e hinchados, como si no hubiera parado de llorar en horas.
