La vida de Blair Jones ha sido una constante pesadilla luego de la pérdida de sus padres. Todo comienza a cambiar cuando se muda a Inglaterra por su nuevo contrato musical...
Con una nueva vida por crear, y personas nuevas por conocer, Blair asiste...
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El tono de llamada resonaba mientras esperaba que Lando contestara. Estaba en el hotel, preparándome para mi concierto de esta noche, pero necesitaba escucharlo. Finalmente, la pantalla se iluminó, y ahí estaba él, con el cabello desordenado y esa expresión relajada que siempre llevaba consigo.
—Hola, hermosa. —dijo, sonriendo como si no hubiese pasado solo tres días desde la última vez que estuvimos juntos.
—Hola. —respondí, acomodándome en la silla. —¿Cómo va todo? ¿ya te tienen atrapado con todas las campañas del equipo?.
Lando se encogió de hombros, dejando caer la cabeza hacia atrás en el sofá. —Sí, ha sido un día lleno, como siempre. Fotos, grabaciones... Ya sabes cómo es esto.
—¿Agotador?. —sugerí con una ligera sonrisa.
—Un poco. —dijo, girando la cabeza hacia la cámara. —¿Y tú? ¿Lista para el concierto de esta noche?.
—Más o menos. —admití. —Siempre hay algo de nervios antes de subir al escenario. Pero estoy emocionada, es mi primera vez en Barcelona.
—Estarás genial, como siempre. —comentó con total confianza, haciéndome rodar los ojos ligeramente, aunque con una sonrisa.
Lo observé un momento antes de cambiar de tema. —Por cierto... ¿Ya escuchaste la canción?.
—Se ha vuelto mi favorita, ahora cada vez que pienso en ti, la escucho.
—¿Te gusta o solo lo dices para quedar bien?.
Lando soltó una risa. —¿Para quedar bien? No, Blair. Sabes que soy fan de tus canciones. —dijo.
—Lili me ha dicho que la publiqué, pero la he escrito para ti, y no se si quieras que las demás personas la escuchen.
—Esa es tu decisión.
—Sería una forma de anunciar oficialmente nuestra relación. —añadí, casi en susurro.
Su sonrisa se amplió.
—Si crees que es lo correcto, no tengo ningún problema. Solo quiero que tú estés cómoda con lo que decidas.
Abrí la boca para responder, pero antes de poder decir algo, la puerta de la habitación se abrió ligeramente, revelando a Lili, quien asomó la cabeza con su típica expresión impaciente.
—Blair, lamento interrumpir lo que sea que estés haciendo, pero tenemos que irnos ya. Nos están esperando en el lugar del concierto. —Luego se detuvo al ver la pantalla del teléfono—. ¿Hablando con Lando, eh? Bueno, dile que tengo que llevarme a su chica.
Rodé los ojos con una sonrisa antes de mirar a Lando nuevamente. —Tengo que irme. Hablamos apenas termine mi presentación, ¿vale?
—Estaré esperando tu llamada. —dijo él, con su sonrisa a través de la pantalla. —Buena suerte esta noche.